miércoles, enero 23, 2008

La cúpula y la cripta (II).

Anhedonia

Anhedonia.- (Del prefijo negativo an- y el griego ἡδονή hedoné, placer), es la incapacidad para disfrutar de circunstancias y emociones agradables y sentir placer.

Algunas personas que padecen anhedonia son incapaces de experimentar placer y disfrute en ninguna circunstancia, mientras, en otros casos, el problema se reduce a aspectos concretos, como el apetito por la comida, las relaciones sexuales, las relaciones sociales o las actividades de ocio, situaciones que antes les resultaban placenteras. La ausencia completa o casi completa de sentimientos placenteros es una situación anormal y de gravedad.

martes, enero 22, 2008

La cúpula y la cripta (I).

Prefacio.
El reloj de arena


Los grandes relatos de nuestro Tiempo suelen suceder en urbes descomunales, entre toneladas de plomo, cristal y concreto, bajo la presencia indómita de un reloj.

O quizás no.
Quizás sucedan en cualquier lugar del mundo.

Sin embargo, es un hecho irrefutable que el eterno y omnipresente avance del tiempo, indicado a menudo con dígitos, manecillas, juegos de luz y de sombras, entre otros artilugios, suele colocarse de manera estratégica a la vista de todo el público. Incluso yo, que nací en una ciudad de la vasta provincia mexicana, recuerdo haber pasado de largo un sinnúmero de ocasiones bajo un reloj, que pendía de una casona colonial situada en la calle principal.

Se trataba del mismo reloj que cayó la víspera del Año Nuevo, derribado por fuertes ráfagas de viento boreal, cuando cumplí 27 años...

27 años.

Tuve 27 años y el tiempo se detuvo, como en un espasmo.

Fuese por mito popular o por "cliché generacional premeditado", el número "27" constituyó un reto personal muy difícil de sobrellevar y superar. Yo, que había sido un niño "distinto" -yo, que nunca había sido niño-; yo, adolescente "anormal" durante los turbulentos años Noventa, y en general, yo, que había sido un ser humano atípico, (en la época en que ser atípico constituía una norma y no una excepción), ahora me veía obligado a confrontar mi realidad con el hecho de tener 27 años.

Y en mi realidad, el tiempo se había detenido.

Ciertamente, el primer lustro del siglo XXI no fue del todo malo, pero fue muy cruel: súbitamente, todas las emociones se habían esfumado. Y las pocas vivencias que le otorgaban validez al hecho de vivir y respirar, se ubicaban al norte del Trópico de Cáncer. Cuánto extrañé, por esos días, el placer de emocionarme con personas y situaciones que habían valido tan poco (y en algunos aspectos, como el sexo, que no habían valido nada), pero que al menos me habían otorgado el gusto falaz de una carcajada.

Así es como cumplí 27 años.

Y justamente esa noche, la del viento boreal (cuando el tiempo se detuvo), una agonía inaudita me trastornó. Todo cuanto había leído, todo cuanto había conocido, visto y escuchado, todo cuanto había sentido y percibido, giraba en un vértigo de náusea y desolación. Sólo dos frases surcaban mis pensamientos, una de Oscar Wilde, y la otra, de Justin Bond, y aunque aparentemente no existía conexión alguna entre ambas, lo cierto es que en la vida nada sucede por error o serendipia:

"Sometimes we can go years without live at all,
and suddenly our whole life is concentrated in a single moment."

"I used to wanna change the world.
Now I just wanna leave the dark room with a little dignity."

Fue así, sumergido entre miles de ideas abstractas e imágenes fractales, como afronté la horrible sensación de lidiar con el "Tiempo Inerte y Estático" y descubrí algo:

Era un asunto de morir y renacer...
Y huir.

A una tierra muy lejana, y a la vez, muy familiar. Donde la vida resultara menos agónica y donde cupiese la posibilidad de ser feliz.
(O donde simplemente, existiese).

Esos eran los instantes en que el Tiempo se agotaba, como si de un Reloj de Arena se tratase, y como si la propia vida -o el espíritu- exigiese darle vuelta al bulbo, para comenzar de nuevo.

Esa noche debió ser la más larga del universo.

jueves, enero 10, 2008

Reminiscence.

A story about Life & Absence.

"Hey, I ain't never coming home
Hey, I'll just wander my own road
Hey, I can't meet you here tomorrow
Say goodbye don't follow
Misery so hollow.

Hey you, you're livin'
Life full throttle
Hey you, pass me down that
Bottle, yeah
Hey you, you can't shake
Me round nowI get so lost and don't
Know how
And it hurts to care,
I'm going down..."
Alice In Chains, Don't follow.

Yesterday went to my mom’s and played old songs from some long ago. That was a fucking creepy experience, you know what I mean. Hearing raspy voices, guitars, and all those pure acoustic sounds that defined my teen years, like Chris Cornell’s “Steel rain”, Mark Lanegan’s “Pendulum”, Layne Staley’s “Don’t follow” and probably one of the greatest personal hymns, Grant Lee Phillip’s “Fuzzy”.

Made me chill right to the bone.

Through the years it’s so weird feeling those sinking emotions that still get me down…

And it’s really sad.
(You have not a fucking idea).

Nowadays, all my longings r’ coming down every sunset, and I think is not fair.

Is not fair feeling so horribly lonely here,
Just missing you.

And you know, I feel guilty for all the moments that we lived together and cannot get out of my mind. Despite not having many points in common, like your ideas about faith and God —or the inexistence of both—, the commercial pop music you used to listen and dance and the need to adopt a queer pose, I still miss you so much,

‘Cause you were able to look inside, and embraced me, when I needed the most.
Even I loved to feel your body into my spirit, as never before.

Since those days, it’s been hard to letting you go, being so unusual as I am. And I’m not talking about sexuality, but the way people round here categorize any little aspect of their ordinary “black, grey and white” lives.

Damn! I know! miss the idea of you,
But is the only real emotion I’ve ever have.

For years, I’ve tried to find “a right person”, in so many ways… Tryin’ to share any song, any ludic writing, any film, any ficticious-tender moment of sex… Looking for someone real everywhere, in any little aspect of my life: on city streets, in the middle of the forest, the taste of wine, the smell of coffee, the concerts, the lyrics of Morrissey and Indie bands, the lines of David Leavitt and JT Leroy, the films of Ang Lee and John Cameron Mitchel…

And is so sad not finding anyone,
Just to getting lost.
(Lonesome).

It is sad to realise that Time is going fast, and I’m getting old.

If you ever read my lines, just tell me,

Is there a kit purring by your side, when you wake up?

“I’m fuzzy now”.

sábado, enero 05, 2008

2008: La Ruptura/El viraje.

“La melancolía no siempre es dramática,
también puede ser irónica.”
Jean Baudrillard

Reservé los primeros días del año para escribir este post, y luego de haber realizado una recapitulación y un respaldo de todo cuanto escribí en 2007, me percaté que por fin, no cuento con textos ni temas pendientes: es como si tras terminar el año que recién hemos dejado atrás, hubiese concluido un ciclo.

Todo cuanto deseé incluir alguna vez en este blog, ha sido publicado.

Por tanto, considero que todas las facetas que me conforman, han quedado expuestas.

2008 se presenta como un año de acciones y decisiones, más que de buenos propósitos. (Por esta razón, ni siquiera pensé en una "lista de deseos por cumplir", durante el cabo de año). Este año es una especie de "Epifanía Creativa y Vivencial" para el calendario personal, y por tanto, muchos de los textos que habrán de publicarse en los meses venideros, obedecerán más a las circunstancias de los acontecimientos, que a la pericia narrativa y a la planeación argumental.
La balanza se ha inclinado en un sentido,
la brújula determina el rumbo a tomar,
El reloj marca la hora indicada...
La suerte está echada:
2008 será un año bastante intenso.

Y de nuevo, escribir será como entrar en un profundo trance.

Será una gran sesión espiritista.

Que trastoque a los sentidos,
trastorne al espíritu,
someta a los viejos demonios,
libere a un ser de luz...

Y lo acerque para compartirla.