jueves, junio 12, 2008

Viaje hacia el fin del Tiempo:El Destino [Flashforward].


Epílogo.

Acotaciones Finales,
Nota del Editor,
Fe de Erratas.

Fade Out.
Pantalla fundida en negro,
Créditos al cierre.

He aquí: el momento de la conversión.
La reinvención,
La redención.

Ante mí: La vorágine del Destino.

En este preciso instante, no estoy seguro si los finales realmente llegan a suceder, o si sólo son una prolongación incesante de tiempos previamente vividos (por poco olvidados). En lo personal (queda clarísimo), me obsesiona el desenlace de los relatos:

Porque todo relato aspira a terminar, alguna vez, de uno u otro modo.

Si el final es bueno o malo, eso no me corresponde juzgarlo.

Todo cuanto he plasmado durante estos cuatro años en esta versión digital del Breviario (como en tantos otros cuadernos de apuntes), es un testimonio y un tributo. Es un homenaje a las vivencias de personas reales como Biógrafa Chú, R. el Alquimista, Super-actriz K, Dañado Post-Grunger, el Admirador de Wilde o La Mujer sin Sonrisa, así como a personajes ficticios como Ibardhim, Gheesh, Abadón o Eschel, que han vivido conmigo.

Y al mismo tiempo, es una fábula y una parábola.

Más aún: es una leyenda, y una profecía.

Eso mismo: es una profecía, críptica y enigmática como aquella que descubrí junto a la Samaritana en un lienzo, hace más de trece años, cuando la rueca del Destino giró hacia un punto indeterminado del Universo, donde brillaban dos estrellas.

Y como toda profecía, narra los acontecimientos que pertenecen al Futuro. A ese Futuro que habrá de comenzar (si es que ha de comenzar) en unas horas más.

No voy a despedirme.


Las despedidas son en buena medida, eventos de desazón.


Pero debe quedar claro que ya no hay mucho qué escribir, por ahora.

He llegado al punto en que tengo que nutrirme de otra realidad, para desarrollar un nuevo relato: el mío.

Y sólo cuento con un par de ideas al respecto:

1. Cruzaré el Trópico de Cáncer, hacia el Norte, "donde moran las ilusiones".
2. Presenciaré la Aurora Boreal, acompañado de un Gran Espíritu.

Eso es todo, no hay nada más que narrar.

Regresaré al Breviario cuando deba de hacerlo.

Mientras tanto, como guía de viaje, dejo unas cuantas palabras.

No son mías, sino del autor que me alimentó de emociones por vez primera en esta vida: Michael Ende.


El Peregrino

Por el desierto del mundo
camina cantando, solo.
Honda tristeza le invade
en la inmensidad de piedra.
Senda sin senda le guía,
pero pronto será oscura,
cuando envuelto en lejanías,
en lejanías se adentre.

Negra la celeste cúpula,
tinieblas en él penetran,
noche sin brillo de estrellas.

Sólo su propia vislumbre
le guía en campos rocosos,
ardiente de anhelo y puro.

Nada le retiene en torno,
todo habrá de liberarle:
Pues quien cae en la nostalgia,
el vino busca y el pan
tras los confines del mundo.

Cantando camina solo.

Sólo el sonar de una flauta
siente su ausencia en lo oscuro,
triste, insensato y hermoso,
hasta quebrarse...

No puedo ocultar un hecho: estoy emocionado, como pocas veces lo he estado.

Quizás estas palabras son bastante pobres para expresar la enorme emoción que experimento. Pero es que a fin de cuentas, las palabras resultan limitadas ante las emociones. Y los relatos, parcos ante la vida.

Hoy por fin, me apresto a encarar el Destino.

Ese destino que tarde o temprano termina por revelarse de manera inesperada. Como La última noche del mundo, de la que escribía Ray Bradbury, o como El último día del otoño, del que he escrito previamente.

He aquí pues, el Destino.
Así será.
No me voy a despedir, simplemente daré una vuelta de página (una vez más).

Por último, (en esta ocasión), dejo la mejor de todas las canciones.
La primera, la única, la última.

There's no time for us
There's no place for us
What is this thing that builds our dreams
yet slips away
From us

Who wants to live forever
Who wants to live forever....?
There's no chance for us
It's all decided for us
This world has only one sweet moment
set aside for us
Who wants to live forever
Who wants to live forever?
Who dares to love forever?
When love must die
But touch my tears with your lips
Touch my world with your fingertips
And we can have forever
And we can love forever

Forever is our today

Who wants to live forever
Who wants to live forever?
Forever is our today

Who waits forever anyway?
Queen, Who wants to live forever.