lunes, febrero 11, 2008

La cúpula y la cripta (III).

El anhelo del futuro

Aquella noche de invierno, poco antes de la Luna de la Nieve, se había prolongado mucho, como si el Tiempo hubiese desafiado sus propias leyes y hubiese decidido tomar un descanso, que para esa época, tenía bien merecido. Fue entonces, en plena madrugada, cuando desperté. (Es sólo un decir, pues en realidad no había dormido).

Era difícil dormir en esos días. Conciliar el sueño podía tomar la eternidad entera, y para entonces, la noción de eternidad se había vuelto más preciada:

Valía más que los buenos momentos itifálicos,
y que los fuegos pirótécnicos en las noches de algarabía.
Valía más que los fuegos fatuos del otoño,
y que el breve paso de las estrellas fugaces en el firmamento...
Incluso valía más que los segundos eyaculatorios de un orgasmo.

Justamente, divagando sobre la eternidad, salí a caminar.
En las calles, la lluvia del invierno, que es fría y acogedora a la vez, enardecía su fuerza.

Vi mi semblante difuminado en los adoquines de las calles, y percibiendo el olor de la tierra húmeda, pensé:

En cuán vigente podía ser el Futuro, fuera de esa casa y de esa ciudad, a miles de kilómetros de distancia, en algún paraje donde el concreto y el acero no aturdieran los sentidos, y donde "la Vida Ausente" se volviera tangible por primera vez.

Un sitio apartado de todo el mundo previamente conocido, que se encontraba en agonía.

Un lugar donde no hubiera razón para evadirse de la realidad, porque es bien sabido que cuando los Tiempos son mórbidos y aciagos, ciertas personas "nos ausentamos". Nos refugiamos en las canciones, en los videos musicales, en las películas, en los libros, en todas quellas realidades efímeras que resulten menos decadentes que la nuestra.

Y evadiéndonos, nos transportamos: vivimos en todas aquellas frases, imágenes y experiencias que jamás creamos, pero que cierto día, nos trajeron de vuelta, por unos cuantos minutos, el verdadero sentido de la vida.

Aquella noche se prolongó tanto que nunca dio paso al amanecer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola iván..
espero que estés muy bien... Como muchas veces.. esta vez me volví a idetificar con lo que escribes.. Hoy en dia mis noches son ms largas que de costumbre.. el sueño no está de mi parte y el futuro ahora si está incierto, incierto como años no lo estaba.
Anhelo el futuro... ese futuro en el cual habré dejado detrás todas estas incertidumbres q me acongojan, ese futuro en el que todo se habrá disuelto.
Es increíble como hay cosas que pueden cambiar tanto a una persona de un día para otro!!
Ivàn,... espero poder toparte algún día de estos en msn y platicar contigo.
Mientras tanto, un saludo muy afectuoso.

Eduardo Jácome Moreno dijo...

que onda iván, ya dejaste el vicio del messenger?, me dí una vuelta por tu blog, como siempre disfrutando mucho tus apuntes, espero que andes muy bien, y si estás por xalapa nos vemos pronto, llego el 25 de feb., a ver si óra si salen las chelas por alguna cantina rasposona o sino en el depto de karina. jja

seeya!