ESCENAS 6-9.
[Flashdream]
Ibardhim y Espíritu X-21
(Exterior. Tormenta Eléctrica. Momento del Ocaso.)
Ibardhim corre por la calle con dificultad, mientras se desata una tormenta y una ráfaga violenta arroja algunas ramas frente a él. Justo después de cruzar la calle, un tumulto de personas corren despavoridas en dirección a una capilla. Reina el ruido, el caos y una paranoia colectiva, que se intensifica con la caída fría e inclemente de la lluvia y con el estruendo de un rayo atroz.
Un edificio se levanta ante él, frente a la antigua plazoleta: es el Hotel Europa, que le resulta familiar.
Lo observa expectante por unos segundos y entra con premura.
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(Interior del Hotel).
Pasillos y habitaciones saqueadas, abandono total. Nada. Un lobby vacío abre paso a unas escaleras de estilo modernista, también vacías. Ibardhim se limpia la frente empapada y accede al siguiente piso.
Sólo hay una habitación ocupada, no hay duda. Y no podría ser otra que aquella marcada con el número que Ibardhim reconoce perfectamente, un número que lo vincula con el Momento del Fin, y con su vida propia.
Empuja la puerta entreabierta y entra, sin más.
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Tras la puerta se revela el espíritu X-21.
Salvo por el corte de cabello, no ha cambiado en nada. Luce tal como era hace varios años, y justo como debería lucir tras el paso inevitable del Tiempo.
X-21 mira tajante a Ibardhim y declara con firmeza:
—No.
—No he vuelto ni me he ido. Tampoco estoy. No soy yo en realidad.
Esto es sólo un sueño. Tu sueño.
Ibardhim ignora lo que X-21 ha dicho y lo abraza, sujetándolo con fuerza.
Se emociona a tal punto que derrama un par de lágrimas.
Permanece así unos quince segundos, y después comienza a proferir un soliloquio. No articula palabra alguna verbalmente, pero aún así, es capaz de expresarse.
Ibardhim:
—"Yo sabía que iba a encontrarte aquí. Lo sabía.
Nadie necesitó decirme qué hacer para encontrarte.
Sigues oliendo bastante bien.
Y ahora, -justo ahora-, me provoca una tristeza infinita el hecho de olerte, de acercar mi nariz a tu cuello. Resulta curioso pensar en todo lo que viene a mi mente en este momento: me acuerdo cuánto me emocionaba verte llegar y de inmediato desabrocharte la camisa; cuánto me emocionaba despertar a tu lado y besar tu barba... ¿Te acuerdas?
Era como si al hacerlo fuese un niño de cuatro años que despertaba temprano la mañana del Día de Reyes... Era sentir esa clase de emoción genuina que luego de tí se esfumó.
Y luego, pasar el fin de semana volcado en tí. ¡Era algo tan auténtico y natural!
Será porque nunca vi con ningún matiz lo nuestro. Para mí sólo se trataba de tener alguien a quién querer, y demostrártelo.
Fue algo bastante intenso, tanto que si hubiese existido -antes o después- algo similar con alguien más, lo habría olvidado por completo.
Pero nuestro caso no fue así. Fue real.
Me gustaba comerte a besos a mitad de la calle... Y sujetar tu mano.
Sí, sujetar tu mano. Eso brindaba la sensación de compartir el mundo.
Es más, el mundo no existía, sólo existíamos tú y yo.
Qué ironía, ahora somo tu y yo quienes no existimos,
y al mundo le restan sólo un par de horas.
¿Recuerdas el olor de las calles húmedas, cuando terminaba la tempestad?
A mí siempre me gustaron las ciudades lluviosas, por eso terminé aquí.
Cuánto me gustaba descubrir contigo el arte de la seducción, y después, aplicar el arte del sexo en cualquier momento y casi en cualquier lugar.
¿Te acuerdas cómo nos observaban los extraños y la gente se burlaba?
Y a mí que no me importaba en absoluto. En el fondo, siempre supe que no lo volvería a hacer con nadie más. Nunca tuve que aclarar nada, ni reivindicar nada, ni tener orgullo de nada. Para mí sólo era cuestión de amar.
Nunca me importó si el mundo se percataba de mi realidad, si la evadía o la imprecaba.
¿Recuerdas aquella noche que desperté de súbito, y te comenté que había tenido una pesadilla muy triste, en la que te abrazaba y lloraba mucho?
Era una sensación terrible: era la ausencia.
Tan sólo de acordarme, me estremezco.
Seguro que no te acuerdas, porque siempre olvidas todo. Olvidabas la letra de las canciones y nuestras fechas importantes, así como los cumpleaños. Olvidabas mandar correos a los amigos e incluso olvidabas darle de comer al gato. Por eso tenía que dejarte recados con indicaciones por toda la casa, como si hubieses sido un niño.
Y en ese olvido, se te sumó el transcurso de los años.
No te culpo del todo, pues nos tocó vivir una época voraz: el propio remate del Tiempo. Cada uno de estos años ha sido tan significativo, saturado de acontecimientos decisivos y catástrofes impensables, que aunque los noticieros del mundo se hubieran reservado divulgar la noticia del inminente final, nosotros lo habríamos deducido.
Y nos tocaron Tiempos Triviales, también.
¿Recuerdas que programábamos la música de Annie Lennox para hacer el amor? Y nos preguntábamos cómo era posible que hubiese compuesto e interpretado una canción tan sublime, Love song for a vampire, para la banda sonora de Drácula, y que dicho tema, tan conveniente para compartir orgasmos y eyacular uno frente al otro, no hubiese ganado ningún premio importante...
Y después nos preguntábamos si tiempo después Annie obtendría justicia.
Pues bien, cierto día, años más tarde, encendí el Televisor. Y allí estaba, Annie Lennox ganando un Óscar, por Into the West.
Te eché de menos.
Ese día tú estabas tan ausente como lo estás hoy.
Pero no quiero discutir.
Sólo voy a abrazarte.
Voy a esperar el fin del mundo abrazado a tí, en esta habitación de hotel.
Y me voy a quedar dormido.
Justo ahora, cuando el planeta entero es un caos y el Tiempo se hunde en el vacío, y cuando están por suceder (o quebrantarse) los últimos sueños, y por cumplirse u olvidarse los últimos anhelos de los Seres Vivos, sólo quería que lo supieras.
Sólo te veo y me dejo llevar por el brillo de tus ojos marrones.
Cierro los ojos.
Y todo es de nuevo, soledad y melancolía."
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Tras el balcón de la recámara se asoma una densa capa de humo que disipa la lluvia.
Y desde un punto indeterminado, resuena in crescendo una melodía...
"My love,
Wherever you are,
Whatever you are,
Don't lose faith.
I know it's gonna happen someday
To you.
Please wait...
Please wait...
Ah, ha, ha,
Wait...
Don't lose faith.
You say that the day
Just never arrives
And it's never seemed so far away.
Still I know it's gonna happen someday
To you.
Please wait...
Don't lose faith."
Morrissey, I know it's gonna happen someday.
3 comentarios:
si, de hecho me inspire en tus conteos para hacer los mios jajaja.
es que esta cosa de los espacios... uno va huyendo de contactos y asi. pero por aca me tendras un buen rato.
saludos!
k.
Hey man!, cómo has estado???
Wow, es lo primero que viene a mi mente después de haber leído este texto...
Muy intenso y estremecedor... Y es algo que siempre he pensado, no el fin del mundo que típicamente todo mundo imagina... como me lo leo en tus textos... aunque si así fuera sería afortunado (como te lo mencioné alguna vez)
Más bien imagino mi fin en el mundo.. siempre intrigado por eso ...
Creo que dentro de lo que cabe tu relato tiene un final feliz (te estás ablandando) , el hecho de que aún en la soledad en la que estaba inmerso Ibardhim utilizó el recurso del sueño para recibir el fin del mundo con esa persona que lo hacía trascender.. tal vez es lo que a mí me espera también, y eso demuestra una parte de la escencia del hombre, el ser un ente soñador con anhelos a veces inalcanzables.
Me gustó mucho leer esa parte tuya llena de sensibilidad y crudeza.. y gracias por compartirlo.
Referente a tu último comentario.. Hablas de Montréal verdad???
Si es así, que buena noticia me has dado.. siempre he creído que montréal sería ideal para tí... a parte ya te imagino hablando francés = )
Si, vete a Montréal... no se si ya la conozcas, pero quedarás enamorado de la ciudad... como lo estuve yo.. ya se lo que piensas.. pero créeme que te gustará mucho.
Y así te podré visitar muy seguido.. sabes que después de Paris mis planes son residir ahí vdd!!! sería genial.
Yo tampoco me he podido conectar muy seguido.. a veces me doy un rato en la oficina y me conecto a Internet pero el mensajero está restringido, a parte que ni oportunidad tengo.
Fíjate que estoy preparando un escrito sobre las 25 canciones que mas han marcado mi personalidad a manera de celebrar mi aniversario número 25 .. ya las tengo seleccionadas .. lo que me llevó bastante tiempo.. y ahora lo que me retrasa es que estoy incluyendo una breve explicación en cada canción...
De lo del set list de RH, la verdad yo le hubiera modificado algunas cosas... pero la emoción es mas grande para verle pequeños detalles..
espero que me guste mucho el concierto como lo hizo Roger Waters o Daft Punk....
Hablando de conciertos... ahora estoy muy muy cansado porque ayer me lanzé a ver a Moby & Underworld en la huasteca!!! (en Miércoles, que locura!!!)Que genial espectáculo (música y naturaleza )para un público tan malo como lo es Monterrey!!! que para muchos fué solo un evento social.
Cuídate mucho y no desistas de esa idea... de verdad te lo digo.
Muchas canciones me han enseñado -además de a manosear ligeramente otros idiomas- que la naturaleza conductista del ser humano no es más que un simple reflejo de su existencia instintiva...
Y con eso me quedo de la presente alucinación que publicaste: un poco de suerte en el fin del mundo. Mucho amor, muchas ganas... pero poco tiempo.
Tomaré esto a la ligera, creo que el espíritu del que hablas lo hizo; en realidad hasta creo que ese %&$··"$ espíritu no alcanzó a comprender nunca la vitalidad de tu protagonista, quizá por temor a morir de carne y hueso (y no de humo), quizá también, por apatía al compromiso.
Sea ccual fuere la razón, es un texto obligatorio y de buena referencia a tu obra publicada en este blog. Por ello (y por tu inminente viaje) te felicito con sobrado afecto
Y, ei!, todo un honor (bombos y platillos) formar parte de tu Conjuro Creativo.
Un fuerte abrazo.
Larga vida.
Salud !
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