No existe algo más deprimente en el mundo que una hoja en blanco: es una historia no contada.
Pero también es el preámbulo a un nuevo capítulo, o quizás la última página de un relato. Y es entonces cuando adquiere un sentido siniestro: pues resulta paradójico leer hacia atrás.
A veces quiero pensar que no hubo historias antes, pero a fin de cuentas, estas terminan por salir a la luz.
¿Debieran importarme tanto los capítulos precedentes en la vida de alguien más?
Había olvidado cuán incómodo resulta urgar en el pasado. Y pese a esto, a veces no tienes otra alternativa, pues alí se encuentra el por qué de muchas cosas.
Me sigue pareciendo más interesante crear historias donde la soledad es el único personaje relevante.Quizás esto cambie alguna vez. La preguntas son entonces, ¿cuándo? y ¿en dónde?
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