Estuve pensando en mis amigos y amigas: todos son bastante distintos entre sí.
Está, por una parte, el junkie perfeccionista , el frívolo e insufrible ninfómano y una mujer fatal por convicción.
Entre "los siete magníficos" están Mi Biógrafa Chú, musa de los buenos momentos e idealista etérea; el confesor, R. El Alquimista, quien transforma todo momento en un deleite cuando estamos juntos, además del platónico, el 'si yo hubiera', aquel que nunca ha estado. Y un básico de siempre: Dañado Post-Grunger, la imrponta de que todo tiempo pasado fue mejor (en los Años Noventa).
Complementan la lista: el chico atrapado en los 80's, el psicópata y suicida potencial, "the dancin' queer", la chica de los aretes falsos de perla, el múltiple-moralista en el exilio, la artista conceptual hiperactiva y el honorable amigo que aparece sólo en días festivos, la solitaria pendenciera y el místico gurú de lo paranormal.
Aunque todos ellos son demasiado distintos entre sí, hoy me percaté que hay un lazo que nos une por sobre todas las diferencias:
Todos ansían crecer, llegar a ser adultos y prostituirse alguna vez, sea por hobbie o por oficio, en las playas de Barceloneta.
¡¡¡VIVA LA POSMODERNIDAD!!!!!!
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