sábado, abril 05, 2008

Imágenes de viaje.

"Looking beyond the embers of bridges glowing behind us
To a glimpse of how green it was on the other side
Steps taken forwards but sleepwalking back again
Dragged by the force of some inner tide

At a higher altitude with flag unfuried
We reached the dizzy heights of that dreamed of world
Eneumbered forever by desire and ambition
There's a hunger still unsatisfied

Our weary eyes still stray to the horizon
Though down this road weve been so many time...

The grass was greener
The light was brighter
The taste was sweeter
The nights of wonder
With friends surrounded
The dawn mist glowing
The water flowing
The endless river...

Forever and ever!"

Pink Floyd, High Hopes.

Existen ciertas imágenes que no puedo disociar de mi mente cuando viajo en carretera, independientemente del origen o destino. Si el trayecto incluye llanos y enormes superficies de campos yermos, un "chip interno automático" activa una relación indisoluble con la canción y el video High Hopes, de Pink Floyd.

Y es que este tema (de una forma que aún no logro expresar con claridad) significó un antes y un después para el anecdotario personal. Recuerdo haber visto el video por primera vez en 1994, cuando tenía 14 años, y desde entonces, el tema se convirtió en un hito. Tenía algo "enigmático y sublime" que ningúna otra canción hasta ese momento poseía, más allá del relato autobiográfico y alegórico con que David Gilmour dotó a la pieza, concibiéndola como un cuidado epílogo (al ser el último track del último álbum de estudio) de Pink Floyd, una agrupación reconocida por haberse adentrado en los terrenos de la experimentación sonora y haber creado atmósferas etéreas en torno a lo que alguna vez se etiquetó como Rock Progresivo.

Si bien es cierto que High Hopes representa en buena medida estos parámetros, para mí significó mucho más. El simple hecho de escucharla (y observar de modo hipnótico su video) infundía una serie de sensaciones hasta ese entonces desconocidas... Algo que había estado oculto en alguna parte del ser y que no había sido extraído. Una membrana melódica que abría paso a la magia y la extrañeza del surrealismo, como hasta entonces sólo lograban las pinturas de Chirico y de Magritte, o las de Remedios Varo. Todo ese cúmulo de sensaciones venían a mí con una simple canción, en una época en que la gran mayoría de los temas eran ligeros y asimilables como el Dance o ásperos y desencajados como el Grunge.

Aún ahora, cuando viajo y observo a un costado de la carretera campos enormes y desolados, puedo evocar las imágenes que proyectaba High Hopes, mientras escucho el tema.

Y soy sincero, a medida que avanza el autobús y va dejando detrás esos paisajes, una parte de mí anhela divisar desde la lejanía unos cuantos globos blancos que floten y reboten sutilmente, o un busto colosal de Syd Barrett que sea llevado en andas hacia el horizonte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se va llegando a estadios interiores in crescendo, como si todo se tornara más y más vasto. Sobrenatural.


Hermoso.

Rain (desde el puerto).