domingo, febrero 26, 2006

Toda mi vida en un fin de semana.

I. La visita de una sombra espuria

Es gracioso saber que el mundo es tan vasto y al mismo tiempo, tan pequeño, que la existencia sea tan sublime y tan infame, yque todo suceda al mismo tiempo, en lo que dura un parpadeo.

¿En qué momento regresas, para confundir la noche con dolor? Justo cuando no eres ni una sombra espuria.

Es gracioso, se supone que falleciste hace mucho. Y así debes seguir, hasta que alguna vez, caminando en otras calles ya sin tiempo, sin memoria y sin cuerpo, nuestros espíritus sean capaces de estar juntos, y abrazarse de nuevo.

Fuimos semen, luego lágrimas y sangre.

Ahora sólo eres una cicatriz.

Es gracioso pensar que algo queda de ti.

Es gracioso, podría escribir más, pero me cansé. A veces es mejor quedarse con el mal recuerdo de una ausencia que invocar la pesadilla.

Es gracioso… Y es triste.

Muy triste.

II. Cuesta arriba: el sentido de vivir

El cielo se ha mostrado sospechosamente despejado en estas noches. Millones de estrellas aguardan ahí, atestiguando las miserables historias de carne y peste que magistralmente protagonizamos los humanos.

A pesar de ello, muy de vez en cuando surge un relato rescatable, como sucedió la noche del viernes.

¿Puedes concebir esa idea de que piense en ti y logre sentirme satisfecho, aunque sólo sea de respirar?

Gracias por compartirme los breves instantes de eternidad. Hasta este momento es grato sentir que estás aquí (sin que te hayas dado cuenta).

Lo que haya de venir, será cuestión de tiempo y libertad.

III. El día perfecto

De todos los días históricos en que el viento del Norte ha azotado a esta ciudad, éste ocupará el primer sitio en la memoria. Causó algunos estragos, derribó árboles y anuncios, pero sobre todo, sacudió al espíritu.

Quiso llevarse todo, nos aleccionó de nuevo sobre cuál es el sentido de la Libertad, que es efímera y gozosa por igual, como todo buen orgasmo.

Salí a caminar, y mientras lo hacía, la fuerza del viento me estremeció, purificándome.

Ojalá muriera en un día así, y entonces todo sería perfecto.

viernes, febrero 24, 2006

El romance postmoderno y la chispa que aviva el fuego.

"No soy yo quien sufre en el mundo,
sino el mundo el que sufre en mí"
Émile Cioran.

Émile Cioran (y como él, nadie) escribió algunos de sus aforismos y ensayos más celebres desde los búnkers y refugios de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis ocuparon París. Bertolt Brecht padeció las dos conflagraciones mundiales del siglo pasado y se inspiró en ellas para montar sus obras. Jean Paul Sartré fijó sus posturas críticas y en buena medida existencialistas gracias a su incursión forzada en la milicia durante tiempos de guerra. Albert Camus capturó la esencia de los tiempos de angustia en su narrativa más insigne, a partir de los hechos bélicos en que se vio involucrado...

De modo similar
, puede rastrearse el reflejo de los tiempos en autores de las más diversas nacionalidades, desde Norman Mailer a Günter Grass, e incluso en los ámbitos más diversos, acaparando la fotografía, el periodismo, las bellas artes, las artes aplicadas y el quehacer científico.

Esta insuficiente y superficial enunciación de autores "agrios" e imprescindibles, viene a cuenta de una reciente sesión histórica de vino y música con Biógrafa Chú: inmersos en el fulgor etílico, nos hemos percatado de cuánta falta nos hace padecer 'el horror de los tiempos' como espectadores-creadores y ciudadanos del mundo.

Lejos de lo que a simple vista pudiera parecer, no es una idea descabellada.

Algunos espíritus románticos (y que quede claro, al expresar 'romántico' no me refiero al sentido que le otorga esa estúpida parafernalia y que lo relaciona con el amor y la filantropía, sino todo lo contrario, asociándolo con la melancolía, la guerra, la muerte, el caos, la soledad, la angustia, la depresión, el desamor y el sexo como arma de doble filo), necesitamos urgentemente de una Conflagración Ecuménica, una serie de situaciones fuera de control, carentes de orden y de sentido que nos brinden material para crear relatos urgentes.

A fin de cuentas, a nivel histórico, el hombre lo único que sabe hacer es dividir y dar batallas. Y seguramente, si exceptuamos las necesidades fisiológicas, es lo único que no ha dejado de hacer desde que evolucionó como Homo Sapiens-Sapiens.

Una guerra cruenta al borde de la aniquilación, de consecuencias perturbadoras y alcances inimaginables, es inevitable. Lo único que nos preguntamos es cuándo será y de dónde provendrá la chispa que avive el fuego. ¿De Oriente o de Occidente? ¿De un país cristiano, islámico o adoctrinado en el materialismo dialéctico? ¿Del hemisferio boreal o el austral?

¿Qué suceso debe acontecer en estos tiempos para iniciar una Guerra a gran escala, si tan sólo en los últimos años se han destruido símbolos de poderío económico, político y militar, y ayer, por ejemplo, se destruyó un santuario religioso?

Contrario a lo que se espera, el hecho podría ser tan absurdo y saturado de intereses oscuros, como el que ha provocado las guerras de intervención en Afganistán e Iraq. O quizás un pretexto malintencionado, como aquellas balas que en 1914 detonaran en Sarajevo el inicio de la Primera Guerra Mundial.

Por cierto, leyendo al respecto y buscando información en la red, encontré una foto actual y un artículo de la esquina donde se perpetró el asesinato al heredero del Imperio Austro- Húngaro en 1914. Noventa y dos años después, el suceso apenas se menciona en una placa de mármol. Cualquier testimonio que hubiese podido perdurar fue borrado del sitio por las autoridades de la República Federada de Bosnia Herzegovina, que omite el hecho en sus efemérides para evitar recaer en conflictos étnico-religiosos.

Queda pues, patente esa bien conocida sentencia de que, "Quien no conoce su historia, está obligado a repetirla".

Que así sea.

martes, febrero 21, 2006

La flema y la renuncia.

Este día cobró sentido porque renuncié al trabajo. ¡Por fin! Luego de un año laborando en un ambiente donde nadie aporta una idea ingeniosa, pocos colaboran con las preestablecidas y todos se conforman con lo que hacen (que suele ser 'nada'), de repente me percaté que no podía pasar mis días capturando cifras en Excel.

Debió ser el peor trabajo del mundo: mi vida se estaba convirtiendo en una 'Hoja de Cálculo de Excel ': un cúmulo de números encerrados en una celda, agrupada en una serie de filas y columnas que se prolongan al infinito, para luego archivarse y traspapelarse en bodegas que se incineran sexenalmente.

Lo que no deja de sorprenderme, es cuánta mierda se condensa en una oficina tan pequeña.

¿Existe algo peor para un ser humano que verse mermado en su capacidad creativa e imposibilitado para trascender, aunque sea a nivel laboral?

Si el lector aún duda en su respuesta, puede tomar el puesto que quedó vacante en la oficina gubernamental.

Ojalá no le tome treinta años dilucidar lo que a mí me tomó uno.

Por supuesto, no podía tragarme esta última flema. Tanto veneno resulta una tentación exquisita para alguien sardónico.

viernes, febrero 17, 2006

El depauperado oficio de escribir.

"Un escritor si pose es como un caracol sin concha, o sea, un vulgar baboso."
Karín Mijangos.

Escribir debe ser uno de los oficios más devaluados en este país, y eso es decir mucho en una nación espiritualmente paupérrima, agobiada por deudas impagables y fervorosamente mediocre. Aquellos quienes asociaron la raíz etimológica de 'México' [Ombligo de la Luna] con una vida en la medianía, a expensas del conformismo y la alienación (y que con premura llegaron a ser políticos y/o burócratas culturales veracruzanos), impusieron un modus vivendi digno sólo de ellos mismos, en donde la eterna exaltación de unos contadísimos consagrados y la imposibilidad de apreciar el esfuerzo de muchos creadores emergentes en todas las áreas, se convirtió en un rictus.

Es curioso y no deja de sorprenderme que los burócratas culturales veracruzanos involucionaran creando una nueva especie, cuya característica primordial es la de contener materia fecal en aquellos órganos donde habitualmente se alojaba masa encefálica.

Hace poco te soñé: ibas saliendo de una alcantarilla
y entonces te caía encima una llanta de carro con todo y rin.

lunes, febrero 13, 2006

El amor y toda esa ficción barata.

"La telenovela como tal puede decaer,
pero el hecho de que cada quien sienta
que su vida es material para una telenovela,
va en ascenso."
Carlos Monsiváis.

¿Qué clase de personajes tan viles y mediocres somos los Seres Humanos, para celebrar un Día del Amor?

¿Hay algo qué celebrar? ¿Quién creyó que el amor (refiriéndome al amor de pareja), era un sentimiento noble y fácil de experimentar, cuando en realidad es sólo una alucinación para las mentes débiles?

Si el amor fuera importante, perduraría. No lo es.

La melancolía, la paz interior y la libertad, por el contrario, lo son.

Así que vámonos dejando de idioteces y todos esos clichés de la mercadotecnia. Existen el deseo sexual, el placer compartido, la espiritualidad fusionada por unos instantes... Todo lo demás, son puras falacias.

"It's the blind leading the blond
It's the cops collecting for the cons
So where is the hope, and where is the faith ... And the love?"
U2, If God will send his angels.

jueves, febrero 09, 2006

La vida como una vieja entrega de premios.

¿Por qué la vida no es como una vieja entrega de premios?

Hasta hace algunos años, esos eventos creados y calculados a la medida de las necesidades emotivas de un telespectador me parecían estimulantes, en cambio últimamente, son bastante soporíferos.
No tengo acceso a los buenos premios, y si no son los buenos, cuando menos son los que me podrían interesar: la Gala de los Nobel, los Right Livelihood Awards (Nobel Alternativos), los Brit Awards, Los Goya, los Meteor Awards, la Mostra di Venezia o el Festival de Cannes. Así que en esta región del mundo y a expensas de los medios masivos occidentales, tengo que conformarme con las 'gringadas' que provee la Televisión por Cable.

Y las 'gringadas', como es de esperarse, van de mal en peor.

Hace apenas tres años, los Grammys se lucían abriendo con Paul Simon y Arthur Garfunkel entonando The Sounds of Silence, y con ello, trayendo de vuelta, cuando menos por un instante, un 'old tune' para las nuevas generaciones , uno de los temas insignes en la historia del rock, ad hoc para los momentos que se vivían en esos días. (La Coalición Occidental liderada por los Estados Unidos había invadido Iraq apenas unas horas antes). Esa entrega de premios, al igual que la de los Oscars de ese año se convertirían en foros de repudio público contra la Invasión: Coldplay con todo y los gemidos angustiantes de Chris Martin entonaban Politik, un clamor hacia los políticos (Give me time and give me space/ Give me real, don't give me fake/Open up your eyes!), y en un tributo de antología, Elvis Costello, Bruce Springsteen y varios músicos más interpretaban el himno subversivo de la era Punk London Calling, como homenaje post mortem a Joe Strummer.

Salvo esos momentos de gloria frente al televisor y algunas otras curiosidades esporádicas, como apreciar el vestido de cisne de Björk, ver a Annie Lennox ganarse un Oscar dedicándolo al finado Michael Kamen, o percatarme que Neil Diamond y Willie Nelson siguen contándose en el mundo de los mortales, estas premiaciones tienden a convertirse en una mierda.

En específico, y recapitulando los 48° Grammys que se entregaron ayer, ¿por qué carajos entregaron (eso sí, bastante merecido) el Lifetime Achievement Award a David Bowie y sólo hicieron una mención superficial al respecto, mostrándolo en un video setentero?, ¿y lo mismo con Jessye Norman?, ¿Y en cambio, dedicaron buena parte de la noche a presentar pura música-basura?

¿Por qué U2 suelen ganarse los premios principales cada vez que los nominan? (Que en los últimos años, ha sido frecuentemente).

Yo crecí escuchándolos. Estoy de acuerdo en que hayan premiado a The Joshua Tree como el álbum del año en 1987, cuando en verdad lo merecía, como también lo habrían merecido The unforgettable fire o War. Y en cierta forma, también me agradó que premiaran a Achtung Baby en 1994.

¿Pero en 2006, premiar a How to dismantle an atomic bomb, cuando U2 son más pregoneros altruistas que músicos?

En fin, esto de las premiaciones se está convirtiendo en un tedio insoportable.

In God they trust.
(I trust myself).

jueves, febrero 02, 2006

La Gran Espiral.

Aturdido.

Me he enfrascado a pensar y repensar sobre El fin del Mundo, no en una acepción particular sino en todas las posibles, concibiendo escenas y luego secuencias, creando y evocando emociones, personajes, situaciones, atmósferas, tramando el hilo narrativo de mi proyecto...

Luego me arrojo voluntariamente al abismo de la melancolía. Exploro más allá de los sentimientos que unos cuantos segundos atrás creía incapaces de albergar...

Por último, recurro al sexo. Lo vivo, lo comparto, me masturbo...

Y por fin, mezclo estos tres metarrelatos: hilvano la historia final y la redacto.

¿Qué encuentro?

Respuestas, dilucidaciones, axiomas.

Compruebo que mi existencia (ya como autor y no como personaje), cobra sentido mediante puntos dispersos, no mediante líneas.

Deber ser porque los humanos resguardamos en los adentros de nuestro espíritu la misma forma que nuestra galaxia: la de una espiral que alternando puntos de luz y de oscuridad brinda equilibrio al cosmos.