jueves, abril 13, 2006

El loco.


Lejos en el tiempo y la distancia.

En uno de los escasos sitios que aún logran apartarse de todo, donde las almas penitentes encuentran regocijo cerca del agua que fluye entre los árboles, observo las estrellas y me ausento.

Justo inmerso en mis pensamientos, me viene a la mente un arcano del Tarot: El Loco, y por alguna razón pienso que no es fruto del azar.

El Loco lleva consigo un fardo, quizás el recuerdo de su existencia, se encuentra dispuesto a internarse en un mundo desconocido (en la iconografía suele ser un abismo, un precipicio, un océano), aunque su fiel acompañante (en este caso, un perro) le advierte que al hacerlo, repercutirá en su devenir.

Sin embargo, no es una carta mala, por el contrario: es sumamente benévola. El loco soy yo, son los espíritus bohemios y absurdos quienes en su sinrazón encuentran paz interna.

Quizás El Loco sea el arcano que defina mejor a nuestros tiempos.

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