viernes, enero 19, 2007
Memoria de las calles.
"Touch my hand,
It's only me, listen:
I'm here..."
Alpha, Sometime later.
A menudo, las calles que recorro en la ciudad brindan una solemnidad mortuoria.
Preservan la energía de llantos acallados, miles de gritos desprevenidos que fueron cesados de tajo en la distancia. El viento que sopla sobre el rostro es frío y seco, amargo como el humor. ¡Cuánto se extraña al viento polar de las montañas, que corre desbocado, regocijando al espíritu!
Aquí sólo hay inmundicia y un fétido hedor a muerte.
Algunas veces (en algún momento del día, y en alguna calle determinada), la energía que nos nutre y envenena cuando estamos en contacto con el mundo, se convierte en una serie de clamores desapercibidos, como los transeúntes que recorren las calles dispersas de la ciudad, sin pensar mucho en los secretos que resguarda cada esquina.
1 comentario:
Tnato tiempo en la ciudad, que ella se siente como una madre terible y el olor suyo no tortura.
será que siempre se ama a la madre...
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