Como uno de los nacidos en el crucial año de 1980, fui partícipe racional de la generación que vivió tanto las postrimerías del siglo XX como los primeros años del tercer milenio. Durante este lapso la realidad geopolítica, económica y sociocultural del mundo ha experimentado innumerables cambios, viéndose limitada únicamente por las vastas —y crecientes— fronteras de la hegemonía y el ingenio humano.
En mi tiempo, resulta impensable concebir los acontecimientos de la Historia Universal Contemporánea disociándolos de las vivencias personales. Este rasgo nos coloca en una posición “individualmente masiva”, ante la realidad y el acontecer global.
Resultaría no sólo frívolo y pretencioso, sino también mediocre afirmar que este blog es “único”, “atípico” o “auténtico”, cuando en realidad sólo constituye un acervo testimonial de vida, sin pretender llegar a más. De pronto pareciese que cada individuo cree vivir una vida "diferente", cuando en realidad, aquello que solía ser diferente se ha convertido en un elemento alienado, estandarizado o cuando menos, aceptado por una sociedad.
Si acaso, este blog puede ostentarse como “válido” gracias a un rasgo peculiar: el de presentar una realidad singular, a menudo fuera de un contexto homogeneizante donde los estilos y modos de vida han llegado a ser aprehendidos por la vorágine de la vida cotidiana.
El gran sustento de este blog abreva del privilegio que otorga llevar una vida al margen de las pretensiones y aspiraciones sociales predeterminadas, que a mí siempre me han parecido deleznables, incomprensibles y carentes de trascendencia.
Mi vida cobró importancia y validez por ser divergente.
No hubo parientes.
No hubo navidades multitudinarias ni reuniones anuales en invierno.
No hubo música ligera en español.
No hubo periodos prolongados frente al televisor aspirando a vivir la vida de la pantalla.
No hubo adoctrinamientos religiosos.
No hubo rezos católicos, protestantes, ni celebraciones litúrgicas.
No hubo fines de semana dedicados al football soccer.
No hubo integración a clubes sociales ni agrupaciones ideológicas.
Pero hubo libertad:
Para conocer el mundo.
Para interpretar la realidad.
Para pensar.
Para cuestionar y cuestionarse a uno mismo.
Para alimentar el espíritu.
Para vivir la sexualidad en todas las tonalidades (y sin matices).
Para expresarse mediante la literatura y la música.
Para respetar la vida humana ajena (y luego desinteresarse).
Para querer a los seres vivos y fusionarse con en entorno natural.
Para crear.
Para creer en uno mismo.
Por consiguiente, este blog sólo aspira a ser un testimonio de tales experiencias.
1 comentario:
que bueno que eres tu
y eres tal cual
de no serlo
seguramente no tendria a quien dejarle estas letras
en esta sórdida madrugada
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