sábado, abril 09, 2005

El papa está muerto... Muerto y enterrado.

Crónica ejemplar de las noches aciagas.
9 de abril. Medianoche.
Acudo a la inauguración del nuevo antro: caos generalizado. Algunos neopunks han tomado el lugar y "costó uno y la mitad del otro" a los improvisados agentes de seguridad controlarlos. la policía irrumpe, ineficaz y perezosa, como siempre, amenazando con cerrar el lugar, y convertirlo en otro de esos recintos efímeros de cerveza y placer. No pasa a mayores.
Entonces: la calle se convierte en un bizarro foro improvisado. Los hijos y las hijas putativas (y a decir del aspecto, también pseudoclones) de Bob Marley, de Sid Vicious y de Irma Serrano tocan los bongos, las liras y fuman en pipas no convencionales. La escena es perfecta: me hace imaginar que la libertad, bajo los términos que yo la aplico, existe.
No existen mártires, ni dioses, ni santos, ni beatos, ni credos ni prejuicios.
Demos gracias a Dios por estos días sin papa.

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