"No sé si tengo miedo porque voy corriendo,
o si voy corriendo porque tengo miedo."
Elizabeth Wurtzel, Nación Prozac.
o si voy corriendo porque tengo miedo."
Elizabeth Wurtzel, Nación Prozac.
Despiertas y enciendes el televisor... Es otro maldito lunes de mierda, aunque igual podría ser un martes o un viernes. Todos los días son iguales cuando respiras, ya sabes, la dinámica de siempre: inhalas oxígeno y exhalas dióxido de carbono, que como tú, nada vale en estos días (si acaso para la clorofila, pero es incierto, porque quedan pocas plantas).
Te asomas por la ventana, descorres la persiana: todo igual, ¿Hasta qué punto se relaciona la 'Gran Historia del Mundo' con la tuya? Difícil respuesta.
Todo es muerte y caos: desde el coño de Bush a los damnificados del huracán Stan. En el fondo, todo es parte de un mismo trasfondo, que es el fondillo del mundo y hace mucho está surrado.
Te diriges al baño y te ves en el espejo, con ganas de no verte. ¿En qué momento murió esa parte de tí que se ocupaba de anhelar? Difícil respuesta.
Otro maldito día, sales de casa y te diriges a esperar el autobús, y si acaso, algo te consuela: música, música para sanar, de tantos estilos: Epic Metal, Progressive, Folk. Allí están las musas: Anneke van Giersbergen, Tori Amos, Suzanne Vega, y tantas otras. ¿Cuándo comenzaste a escucharlas? Difícil respuesta.
Apenas llegas a ese bodegón de papeles viejos y sin sentido que es tu lugar de trabajo y ya extrañas al gato entre tus brazos: es quizás la única señal de vida que logra conmoverte. ¿Cuándo comenzó a maullar un gato junto a tí?, ¿Cuándo será el último?, ¿Cuándo comenzaste a escribir sobre el sitio secreto hacia donde van los gatos grises? Difícil respuesta.
Ni hablar, a veces no hay pasado, como tampoco habrá futuro. Desde el primer comienzo hasta el último rincón, todo en la mente se confunde en un instante.
¿Hasta cuándo? Difícil respuesta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario