miércoles, enero 11, 2006

Abordar el autobús.

Nunca antes tan lejos de todo... Y tan cerca de mí.

Los días de ecos y sombras terminaron por esfumarse, aunque esa niebla espesa de enero pronto cubrirá las calles dotándolas con cierta sensación de alivio, luego de tantos días soleados.

Voy a abordar el autobús...Cualquiera, a cualquier parte, el primero que pase.

He estado esperando tanto tiempo, sentado en la Central, que me olvidé de apreciar ese preciso instante cuando abordas un autobús y mandas todo al carajo, te olvidas de lo que dejas atrás y partes a cualquier lugar.

De cualquier modo, cualquier destino sería el mío.

Y cualquier día de estos resulta perfecto para emprender el viaje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y cuando te sientas en el autobus y reclinas tu asiento, tienes certeza, casi la verdad en tu destino, sabes que el momento es tuyo y que no puedes huir de tí, por que cada viaje en autobus es un momento individual de autodescubrimiento que es finito pero certero.

kaguama dijo...

siempre vamos a donde sea
simplemente solemos titular nuestros "paraderos destinales"