jueves, marzo 09, 2006

Driving with the brakes on.

Un post áspero... Pero sincero a fin de cuentas.

"When you're driving with the brakes on
When you're swimming with your boots on,
It's hard to say you love someone
And it's hard to say you don't.
[¿Tu parte?]

But unless the moon falls tonight,
unless continents collide,
Nothing's gonna make me,
break from this side..."
[¿La mía?]

Del Amitri, Driving with the brakes on.

Por un momento es difícil tomar conciencia de cuánto he crecido en los últimos años, subsistiendo, cayendo en los abismos más insondeables, pocas veces llegando a buen puerto y en cambio, lacerándome frecuentemente, perdiendo partes de mí, pero siempre conservando intacta esa 'esencia' que me ha hecho ser quien soy -con lo bueno y lo pésimo que eso implique- y que a mis 25 años ya no podría cambiar.

¡He caminado tantas calles de humanos en esta existencia! Las más de las veces pasando desapercibido, y si acaso una que otra, expresándome. (Y por tanto, escribiendo).

He dejado atrás a tantos espectros, tantas sombras y apariciones furtivas que en su momento temí, y ahora sólo me producen desidia...He encarado al Demonio mismo de la melancolía frente al espejo a tal grado de bufarlo y lograr su redención...

Y mientras hice todo esto, tuve la plena satisfacción de ser siempre honesto conmigo mismo, sin necesidad de portar alguna falsa y mediocre máscara.

¿De qué te sirve una máscara cuando caminas en las calles de un mundo infestado de arlequines y botargas?

Vale más mostrarte como eres, y quizás, si es por suerte o por destino, alguien/ alguna vez/ y de algún modo se fije en tí por ser distinto en este jodido orbe donde todos anhelan ser iguales.

Lo que resulta frustrante (y también hiriente), es pensar que para alguien/ quien alguna vez/ y de algún modo aparece en tu existencia para llenar un vacío que clamaba ser cubierto, uno no sea sino una simulación, un arlequín, una botarga, luego una aparición y finalmente una sombra.

Por un instante, quisiera conocer tu mundo sin todas esas máscaras alrededor. Pero también, por un instante, ¿te darías la oportunidad de conocer el mío? Aunque fuera en una ínfima parte.

¿Podrías hacerlo?

¿A expensas de quién se viven los instantes?

Los míos, sólo de la confianza y la voluntad propias.

A veces resulta tan cruel anhelar esos instantes que jamás existieron sospechando que, jamás existirán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

realmente es dificil vivir sin máscaras, yo contigo nunca tuve máscaras (no sé si tu las tuviste , y por eso dejáste una amitad atrás), al menos te echo de menos y para mi nunca dejarás de ser mi amigo...