lunes, octubre 09, 2006

Balada para un vampiro, (segunda parte).

"Once I had the rarest rose
That ever deigned to bloom
Cruel winter chilled the balm
And stole my flower too soon
Oh loneliness,
Oh hopelessness,
To search the ends of time..."
Annie Lennox, Love song for a vampire.

El crepúsculo del domingo presentó un siniestro sol naranja, que iba impregnando de angustia e incertidumbre a cada ser, cada objeto, y cada situación conforme los iluminaba. Un viento frío y seco arrasaba en el ambiente.

¿Qué planes tienes ahora?

¿Cómo se aprecia el mundo desde tus altares? ¿bajo tus cúpulas, en tus suntuosos recintos de oro e incienso? ¿Te divierte mostrar una perpetua agonía y culparnos con imágenes sangrantes?

¿Por qué me haces esto? Durante siglos me has hecho acumular el deseo para compartirlo en efímeros instantes, y de inmediato me arrojas al abismo.

Sabes bien que voy a estallar muy pronto. Todas las rosas serán negras y las antorchas arderán. El cielo desplegará una cortina de semen que logrará mezclarse con la lluvia.

Y sólo entonces, mi ciclo estará cumplido.

Pero antes dame la oportunidad de compartir el mundo en un tiempo sin olvido.

"Let me be the only one to keep you from the cold...
Be mine foreveeeeeeeeeeeeeeeerrrrrrrrrr!"

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