"Come to decide that the things that I tried
Were in my life just to get high on,
When I sit alone come get a little known
But I need more than myself this time,
Step from the road to the sea to the sky
And I do believe that we rely on,
When I lay it on
Come get to play it on
All my life to sacrifice
Hey oh listen what I say oh
I got your
Hey oh now listen what I say oh..."
Red Hot Chili Peppers, Snow (Hey Oh).
Desperté y supe que habías estado aquí.
Fue bueno sentirte y recordarte, tenerte cerca... Escuchar tu respiro.
Encendí el televisor y otra vez allí estabas, estremeciéndote con la misma sensación que nos invadía años atrás.
De nuevo era 1999 y caminábamos juntos por el boulevard, bordeando el Golfo...
Te camuflajaste en cada amigo que vino a mí para emanciparme, y luego eras el viento fúrico del otoño, eras el vino y el ajenjo, eras un gato a medianoche, eras el semen: eras cada eyaculación de madrugada.
Puse atención al televisor: te observé.
Eras Anthony Kiedis cantando "Snow (Hey Oh)", mientras yo entraba en un pub al pie de la montaña y pedía una cerveza, en un sitio lejano, donde cada rostro estaba dispuesto a contar su historia.
Eras cada historia, y yo era la voz...Eras la LIBERTAD.
Y luego no eras nada, sino soledad.
Desperté de nuevo.
Y no había nadie junto a mí.
Dolió mucho, (porque no existías.)
Fue así como comprendí que cada recuerdo de soledad duerme y despierta penetrando a cada anhelo de libertad.
Sucedió realmente, desde el refugio donde los espíritus no son capaces de pronunciar su propio nombre, y mucho menos, el de quienes se han ausentado en el camino.
...Y sucedió un primer viernes mágico de marzo.
1 comentario:
Iván, creo en la bendición cono una estela terrenal: tenías que escribirlo. Sobre la soledad/libertad. Esas sensaciones que dejas aquí, a miles y miles de kilómteros quien te escribe, las ha sentido desde su propia interioridad.
Cuánto bien me hace llegar aquí. Puedo quedarme con la melancolía prendida, mas siempre me hace bien...
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