martes, marzo 27, 2007
Parques de penumbra y ensueño.
Éste es el parque de nuestros días, en pleno marzo de 2007.
No sólo es un parque: es el sitio donde diariamente confluyen relatos de esparcimiento y agonía, de misterio y deseo sexual, donde los paseantes se relajan, conversan o practican 'cruising'. Cualquier parque de nuestro tiempo ofrece una amplia cantidad de actividades inimaginables.
En todas las épocas, numerosos escritores dilectos han utilizado a los parques para relatar la vida de sus personajes, (o la han concebido allí): De Proust a Zweig, de Cioran a Twain, de Salinger a Stephen King, de Cortázar a Bret Easton Ellis.
Los parques son, entonces, majestuosos cementerios donde se ausenta nuestra vitalidad en cada segundo. Son principios y finales, refugios para los gatos, sitios recurrentes para los sueños, moradas habituales para la muerte.
Cierto día, hace más de veinte años, tomé un libro y lo hojeé: había una imagen, una pintura surrealista. Mostraba a un gato en un parque misterioso.
Y a partir de ese momento, supe que algún libro, algún gato y algún parque serían constantes que guiarían mis años sucesivos. No sólo eso: también supe que sería un autor, y luego un personaje.
Al final sólo sería un sujeto desconocido inmerso en el sueño de alguien más.
Resulta tierno y conmovedor escribir estas líneas, imaginándote.
...Y bastante ingenuo,
recordar que no existes.
1 comentario:
Iván, hace años mi niño que era bebé en ese tiempo, y yo vivíamos cerca del mar. Próximo también estaba el Parque de La Media Luna. Había gatos y mucha niebla en invierno.
Extraño ese lugar.
Cómo traes el misterio cuando escribes....
Gran salute.
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