“Alguien cantando alguna canción,
la voz de alguien en la inmensidad
la voz de un ser que canta
la voz de un ser cualquiera
que canta para nadie, tal vez…”
Caetano Veloso & Tania Libertad, Alguien cantando.
Recuerdo a La mujer sin sonrisa sujetándome con fuerza del brazo mientras salíamos a caminar: su paso era veloz y estaba llena de preocupaciones. Me miraba a los ojos y constantemente repetía que “moriría pronto”, y que “no debía llorar cuando sucediera.” Era una mujer solitaria que se encerraba en su recámara para escuchar música, como queriendo traer de vuelta la vida que se le había escapado años atrás, cuando fue más joven.
Tenía una predilección por la world music y el folk al estilo de Caetano Veloso, Simon and Garfunkel, Nana Mouskouri y Herb Alpert, aunque también escuchaba tangos cuando se mostraba más decaída, sobre todo los de Enrique Santos Discépolo.
La observaba todo el tiempo: me impresionaba su presencia. Pensaba muy bien en cada situación antes de actuar, como los gatos que nos enseñó a querer. Recuerdo bien su rostro, su forma de vestir, de hablar, de molestarse, de entristecerse... Pero no recuerdo su sonrisa. La mujer sin sonrisa se había convertido en una sombra, una silueta gris. Sus sueños de joven se hallaban incumplidos y era imposible dar marcha atrás.
Hizo pocos amigos... Los suficientes. Solía decir que “en este mundo existían personas contadas quienes tuvieran algo interesante qué decir.”
Tenía toda la razón.
Sin duda alguna, era un ser lleno de pesar. Representaba a la sacerdotisa en mi ‘Tarot Vivencial’: una mujer dotada de pleno misticismo, intuitiva, prudente, respetuosa y amante del equilibrio natural. Fue el destino, o quizás la suerte, que la recompensó con dos hijos, luego un perro y después dos gatos.
Y eso fue todo.
“La voz de alguien que tiene un corazón
de quien mantiene la pureza
y la naturaleza,
donde no hay pecado ni perdón.”
La tengo presente de forma vívida cada vez que escucho “Alguien cantando”, de Caetano Veloso. La sensación de nostalgia y soledad que infunde la canción muestra ejemplarmente su esencia.
Nada más puedo expresar mediante palabras respecto a ella.