lunes, mayo 01, 2006

The last beat of my heart.


“Majestic, Imperial
A bridge of sighs
Solitude sails
In a wave of forgiveness
On angels' wings…”
Siouxsie and The Banshees,
The last beat of my heart.

De las miles de canciones que se transmiten diariamente en la radio e Internet, cada vez son menos las que ameritan ser escuchadas con atención. Y de éstas, sólo unas cuantas sobreviven a su vigencia temporal, archivándose en la memoria para luego ser valoradas como insignias de ciertas épocas, momentos o circunstancias que conforman el anecdotario personal.

Sin embargo, en este proceso de ‘selección y depuración’ de temas imprescindibles, subsisten unas cuantas canciones que escapan a los cánones comprensibles de la melomanía. Evaden el filtro, se albergan en algún punto incierto de la memoria y aguardan ahí, como ecos apenas audibles. En determinados —y escasos— momentos, recuperan su fuerza original, emergiendo como puntos de fuga, catalizando emociones, tanto como fueron capaces de lograrlo la primera vez.

El tema de Siouxsie and The Banshees constituye un claro ejemplo.

“At the close of day
The sunset cloaks
These words in shadowplay
Here and now, long and loud
My heart cries out
And the naked bone of an echo says
Don't walk away…”

No pretendo explayarme aquí sobre uno de mis grupos dilectos, —que dicho sea de paso, en últimas fechas se encuentra en plena etapa de revaloración por las generaciones más jóvenes—, sino más bien, dejando constancia y un rastro sutil de cómo el track llegó a mí, en el tiempo que mi existencia cobraba vigencia al vagar por las calles de la capital, sin rumbo ni destino definido. Allí estaba Siouxsie entonando su canción por las tardes, al degustar un trago y al abordar el metro, dedicando sus frases a alguien que en mi mundo no existía.

Luego existió, (aunque de una forma muy distinta a la que narra Siouxsie) pero a fin de cuentas se apropió de la canción, y en mi mente jamás podría dejar de relacionar a ambos.

Y finalmente se desvaneció, por un tiempo.

…Pero hay personajes que simplemente no desaparecen así como así de un relato. Constituyen los nexos y testimonios vivenciales de lo que fuimos, lo que perdimos y luego recuperamos, lo que se fue y no debe regresar.

Lo que somos, y lo que está por venir.

Pienso en Biógrafa Chú, en Dañado PostGrunger, en R. El Alquimista y en esos seres básicos que durante estos últimos años han dotado de validez a mi Tiempo.

Por supuesto, también pienso en lo que se siente escuchar a Siouxsie and The Banshees después de la medianoche, ver sus videos noventeros y tenerte cerca de nuevo.

Ya no podrías marcharte. Aunque no estuvieras presente, te traería de vuelta con esta canción.

“Reach out your hands
Don't turn your back
Don't walk away
How in the world
Can I wish for this?
Never to be torn apart
Close to you'
Til the last beat of my heart.”

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