jueves, septiembre 08, 2005

Angst.

Recuerdo bien el día que murió Ibardhim Bahr...
A menudo pienso en él y comprendo que había muerto desde hacía mucho tiempo atrás.
Creo que fue en el metro, a medio trayecto. Ensimismado en sus pensamientos, deconstruyendo su soliloquio eterno, se internó en una estación y vio al mundo: humanoides ausentes, que al igual que él, esperaban una señal para dar sentido a su existencia. Pero el plazo expiraba, una y otra vez, hasta que un mal día...
[...]
Es difícil tener ideas tan grandes en un mundo tan pequeño.
Huye del mundo... Olvida hacer maletas...Piérdete en la noche lluviosa... Corre hacia aquel lugar en donde el fuego es cian y no arde.

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