jueves, diciembre 08, 2005

El comienzo irrepetible.

"The cracks and lines from where you gave up
They make an easy man to read,
For all the times you let them bleed you
For little peace from God you plead, and beg
For little peace from God you plead
Ahhaahh, Yeah, Ahhaahh, Yeah, Ahhaahh,


Wake up young man, wake up..."

Mad season, Wake up.

En un futuro cercano, -tan cercano como el día de mañana-, todos tendremos fechas qué conmemorar. Es propio de los humanos.

Hoy por ejemplo, millones de personas tendrán cuando menos por un instante, un referente mental: el de que hace 25 años fue asesinado John Lennon.

Sí, Lennon compuso canciones interesantes y su legado, sobre todo como activista y en menor medida, como artista contracultural ligh, fue destacable. Fuera de estos aspectos, su influencia -a nivel personal- es nula.

No así el del álbum cuya imagen se muestra junto a estas líneas, el Above, de la alineación única e irrepetible Mad Season. (dos de sus miembros ya están muertos: Layne Staley, de Alice in Chains y el bajista John Baker Saunders).

Above fue un proyecto alterno que unificó a varios integrantes de Alice in Chains, Screaming Trees y Pearl Jam, entre quienes aún destacan Mark Lanegan y Mike McCready. Todo en pleno ocaso, pero aún con fuerza, del periodo grunge.

Justo con esa música estaba el comienzo... Cuando menos el mío.

Diez años después, en un momento muy distinto, sobre todo por la importancia que concedo a la 'circunstancialidad de los momentos, el aquí y el ahora', esa música reaparece por las noches, en cualquier vivencia compartida.

¿Es una señal de vida?

Por supuesto.

Este diciembre se erige como un mes compartido sólo con aquellos quienes me importan. Y por suerte han regresado. Todos están aquí, por un instante. (Porque a fin de cuentas, todo se reduce a un instante).

Me he embaucado en la tarea de darle vida y muerte a un nuevo relato, bastante oscuro, porque, como reza el viejo precepto, 'en el comienzo, todo es oscuridad'.

Tan sólo la luz de un cirio ilumina las líneas que se escriben cada noche en mi breviario.

Y mientras tanto, el viento arrecia.

1 comentario:

D... dijo...

Yo también creo en la circunstancialidad de los momentos. Y no creo mucho en las casualidades... como la de llegar hasta aquí sin saber muy bien cómo...

Aquí también el viento arrecia...