En otra histórica sesión de vino, fantasmas ocultos en la memoria y espíritus compartidos, me enfrasqué con Biógrafa Chú a teorizar sobre la finitud. O más bien, sobre el origen de la misma, y sus consecuencias.
¿Hasta qué punto se tensa la 'gran trama' en las historias vivenciales de todos nosotros reventándose, quebrantando ese nudo de vida que conjuga al humano orgánico con un espíritu hiperbóreo, y libera a este último?
¿En verdad lo libera? ¿No sucederá en realidad que el vacío y la pérdida de la conciencia lo convierten en un prisionero de la 'energía cósmica', Un ente sin sentido ni noción de sí, sin recuerdos, sin un testimonio akásico de su paso eventual por la existencia terrena? Una entidad extraviada, perdida, sumida en una búsqueda inútil de sí misma...
De ser así, no hay una mayor diferencia entre la vida tal como la concebimos y lo que acontece cuando ésta termina.
¿Hasta qué punto se tensa la 'gran trama' en las historias vivenciales de todos nosotros reventándose, quebrantando ese nudo de vida que conjuga al humano orgánico con un espíritu hiperbóreo, y libera a este último?
¿En verdad lo libera? ¿No sucederá en realidad que el vacío y la pérdida de la conciencia lo convierten en un prisionero de la 'energía cósmica', Un ente sin sentido ni noción de sí, sin recuerdos, sin un testimonio akásico de su paso eventual por la existencia terrena? Una entidad extraviada, perdida, sumida en una búsqueda inútil de sí misma...
De ser así, no hay una mayor diferencia entre la vida tal como la concebimos y lo que acontece cuando ésta termina.
1 comentario:
Creo que me hace falta una sesión de esas contigo y la Chu. En verdad que si.
Publicar un comentario