sábado, diciembre 24, 2005

El invierno y sus delirios.

"Every pretty flower,
every lovely flower,
every deadly flower
hides its light inside of shame."
Rozz Williams, Flowers.

El invierno boreal comenzó el 21 de diciembre por la tarde. Y habría constituido un día deprimente por excelencia (en primer término, por marcar el final del otoño), de no ser por el magnífico bacanal al que asistí. Todo se encontraba ahí: rostros, música,sustancias enervantes... Y paz interna, por supuesto, desde el balcón de los delirios.

Y justo sobre nosotros, altiva y solemne, la luna menguaba, como este año.

En cierta forma, aborrezco estas fechas, en especial el día de hoy y el de mañana. Como he escrito en algún otro post, carezco de ese 'espíritu navideño' que de forma tan ordinaria y vanal cautiva a las personas. Si no fuera porque me brinda la oportunidad de aislarme y de crear, no le concedería sentido alguno.

Y precisamente, es lo que traigo en mente.

Hace pocos días una charla con Biógrafa Chú y un relato de Ray Bradbury me han animado a enfrascarme en un proyecto que se antoja interesante para los días venideros. He aquí un fragmento.

IvánBarr: -¿Por qué estamos tan solos?
Biógrafa Chú: -Porque somos complejos. Y somos complejos porque estamos muy solos.
IB: -Pero ya no podríamos dar marcha atrás.

Una niebla espesa comenzó a infiltrarse desde el ventanal frente al cual estaba nuestra mesa, en el café de siempre. La temperatura descendió. Un frío nos caló los huesos.

BC: - Presiento que he vivido antes este momento, como un Déjà vu.
IB: -Lo sé. Yo también. ¿No te parece que últimamente el tiempo se ha vuelto muy confuso? Los días transcurren sin transcurrir, las noches no suceden. De pronto charlas con alguien y tu próximo recuerdo se traspola a otra conversación, con otra persona, en una situación muy distinta a la anterior.
BC: -¿A qué se debe?
IB: -No lo sé, creo que el tiempo está colapsando, al menos tal como lo concebimos. Ni siquiera sé si esto sea posible a nivel racional... Pero es lo que está sucediendo.
Debe ser el fin.
BC: -¿Y qué piensas hacer?
IB: -Nada. Tomaré otra taza de Ginseng.

Una inusual ráfaga de viento entró despavorida, agitando las lámparas minimalistas que colgaban del techo. Luego sobrevino un apagón.
Afuera, en la calle, rostros de desconcierto y miradas en shock se paralizaban ante el miedo.

Sólo un par de carcajadas sobresalían desde el café.

No hay comentarios.: