domingo, marzo 11, 2007

El momento del poeta.



"En mi vida siempre es otoño,
y siempre es medianoche".
IvánBarr.

Escaleras. Miles de seres ascendiendo, como en el sueño de Jacob, como en los grabados de Maurits Cornelis Escher...

Cementerios ancestrales, santuarios, lápidas y criptas relucientes bajo millones de estrellas imposibles, que estallan cuales artificios de pirotecnia en una noche eterna...

Ambos sueños compartidos en un instante que va del orgasmo lúbrico al espiritual.

Entre los creadores de ambos sueños, se enciende una flama: la del fuego que recorre las calles en un par de miradas, perdidas en la distancia, unidas por suerte y por destino.

La identidad de un país se refleja en la actitud con que su gente recorre las calles: buscando consuelo, despreocupándose, ensimismándose en pensamientos surrealistas.

Cuánta diferencia: Las calles de mi país se poblaban de abstracciones sin sentido, de escarnio, abulia y miseria.

Ahora, incluso esas calles han quedado atrás, siendo relegadas por majestuosas avenidas de tonos grises y ocres, donde los espíritus copulan con el viento boreal, olvidándose del tiempo.

Es un arte caminar por Norteamérica anhelando Europa, y reinventar Europa, extrañando Norteamérica.

Este domingo la vida me ha despertado ofrenciendo un tributo elégico: con el sonido de la lluvia, los truenos de una tempestad, y una sensación inaudita de libertad.

Como si fuera medianoche, como si fuera otoño.
Como si la vida misma, en realidad, existiera.

viernes, marzo 09, 2007

E-bow the letter.

"Look up, what do you see?
All of you and all of me
Fluorescent and starry
Some of them, they surprise.

I can't look it in the eyes
Seconal, spanish fly, absinthe, kerosene
Cherry-flavored neck and collar
I can smell the sorrow on your breath
The sweat, the victory and sorrow
The smell of fear, I got it".
R.E.M. & Patti Smith, E-bow the letter.

Por un momento, sería bueno recuperar toda aquellas emociones que se quedaron olvidadas en una esquina. Bajo las sábanas de una cama azul, en un tapanco. La emoción de arribar a la ciudad y perderse en la lejanía, difuminado con los tonos girses del pavimento.

Recuperar la sensación de escuchar 'E-bow the letter' por primera vez, a las tres de la mañana, en el asiento trasero de un autobús.

Por un momento, también sería bueno redescubrir todos aquellos detalles que dotan de validez al mundo, descarnando sus tejidos: las frases sardónicas de Emily The Strange, por ejemplo.

Puede suceder.



Gheesh ha vuelto esta semana. Y como es costumbre, sobreponiéndose al transcurso de los meses y los años, es capaz de influir en una historia, en un relato, en el post de un blog.

Es la personificación de los ideales y las ilusiones... Sin estar aquí.

"Nearer, nearer
Over, over, over, over
Yeah, look over
I'll take you there...
There, there, baby, yeah".

sábado, marzo 03, 2007

Confesiones: El eclipse total de luna.



"Still falls the rain."
Annie Lennox, Love song for a vampire.

Durante noches como ésta, evoco varios momentos: recuerdos distantes, emociones perdidas, experiencias remotas.

El calor comienza a dejarse sentir en la ciudad, y con él, esa sensación de no formar parte del mundo, pues la parte del mundo que yo anhelo, es fría.

Éste sólo es el preámbulo del año más caluroso jamás registrado en Occidente.

Pienso en la falta de vivencias válidas: en cómo las emociones que antes nos estremecían y nos doblegaban llegan a convertirse en parte de la vida cotidiana y pronto se olvidan con el transcurso de los días.

Recuerdo, por ejemplo, las noches cálidas haciendo el amor, sudando, secretando fluidos, percibiendo esa energía compartida que como Seres Humanos nos vuelve tan sensibles y a la vez nos concede fortaleza.

De esas noches a la fecha, muchos acontecimientos han sobrevenido en un mundo que, haciéndonos partícipes de su historia, nos convirtió en sus adalides: separándonos, enseñándonos a olvidar y a guardar rencor, alejándonos para después burlarse, haciéndonos creer que recuperábamos los momentos perdidos con señuelos espurios, caminando a prisa en calles pobladas por millones de seres ausentes, durante noches que se han vuelto interminables.

Precisamente, una de esas noches observé la luna: era tan roja como si hubiera derramado toda la sangre que aún me brindaba vitalidad para mantener cercano tu recuerdo. Pero minutos más tarde era gris, como tu ausencia.

Ahora sólo te traigo a la mente cuando necesito sentirme acompañado, cuando camino solo, a medianoche. Cuando el viento sopla con fuerza luego de un día caluroso en la ciudad y de modo apenas visible, se lleva partes de mí. Cuando la luna es roja y, por unos instantes, me hace creer que te encuentras cerca.

Cuando cae la lluvia.

viernes, marzo 02, 2007

Notas sobre la libertad/El refugio de la soledad.

"Come to decide that the things that I tried
Were in my life just to get high on,

When I sit alone come get a little known
But I need more than myself this time,

Step from the road to the sea to the sky
And I do believe that we rely on,

When I lay it on
Come get to play it on
All my life to sacrifice

Hey oh listen what I say oh
I got your
Hey oh now listen what I say oh..."
Red Hot Chili Peppers, Snow (Hey Oh).

Desperté y supe que habías estado aquí.
Fue bueno sentirte y recordarte, tenerte cerca... Escuchar tu respiro.

Encendí el televisor y otra vez allí estabas, estremeciéndote con la misma sensación que nos invadía años atrás.
De nuevo era 1999 y caminábamos juntos por el boulevard, bordeando el Golfo...

Te camuflajaste en cada amigo que vino a mí para emanciparme, y luego eras el viento fúrico del otoño, eras el vino y el ajenjo, eras un gato a medianoche, eras el semen: eras cada eyaculación de madrugada.

Puse atención al televisor: te observé.
Eras Anthony Kiedis cantando "Snow (Hey Oh)", mientras yo entraba en un pub al pie de la montaña y pedía una cerveza, en un sitio lejano, donde cada rostro estaba dispuesto a contar su historia.

Eras cada historia, y yo era la voz...Eras la LIBERTAD.

Y luego no eras nada, sino soledad.

Desperté de nuevo.
Y no había nadie junto a mí.

Dolió mucho, (porque no existías.)

Fue así como comprendí que cada recuerdo de soledad duerme y despierta penetrando a cada anhelo de libertad.

Sucedió realmente, desde el refugio donde los espíritus no son capaces de pronunciar su propio nombre, y mucho menos, el de quienes se han ausentado en el camino.

...Y sucedió un primer viernes mágico de marzo.

domingo, febrero 18, 2007

El vuelo feliz de Bastián.



"Bastián saltó al agua cristalina, se sumergió en ella, resopló, salpicó y dejó que una lluvia de gotas centelleantes le corriera por la boca. Bebió y bebió hasta calmar su sed. Y la alegría lo llenó de la cabeza a los pies, alegría de vivir y alegría de ser él mismo. Porque ahora sabía otra vez quién era y de dónde era. Había nacido de nuevo. Y lo mejor era que quería ser precisamente quien era. Si hubiera tenido que elegir una posibilidad entre todas, no hubiera elegido ninguna otra. Porque ahora sabía: en el mundo hay miles y miles de formas de alegría, pero en el fondo todas son una sola: la alegría de poder amar."
Michael Ende, La Historia Interminable.

1984.

El año perpetuado por George Orwell en el imaginario colectivo de nuestros días, distó mucho de ser, en la vida cotidiana, la distopía anunciada previamente con vehemencia.

En 1984 (tal como ahora), las calles y los ciudadanos del mundo subsistían mediando entre la civilización y la barbarie, apresurando sus pasos, doblando en las esquinas del planeta y con ello, virando el curso de su existencia.

1984 pudo haber sido un año como cualquier otro (y para millones de personas, seguramente lo fue), de no ser por una serie de imágenes, secuencias fílmicas y vivencias que dotaron de un primer sentido a mi existencia.

Producto de un híbrido majestuoso de literatura fantástica y cinematografía, el otoño de 1984 mostró a Bastián Baltasar Bux, protagonista de La Historia Interminable, surcando los cielos carmines a bordo de Fújur, el Dragón de la Suerte, sobre el barrio de Gastown.

Entre todas las historias habidas y por haber en este mundo, entre todos los relatos, crónicas, leyendas, novelas y demás textos narrativos, la idea de cruzar la esquina de Gastown emergió y se consolidó, a partir de entonces, (y por fijación personal), en el "ombligo de todas las historias", y en el epicentro de mi corpus literario.

De todas las esquinas que existen en el mundo, y que al doblar modifican el curso de los acontecimientos, la del Hotel Europe, en Gastown, se convirtió en un anhelo personal.

Hoy, el peregrinaje que de modos inesperados me ha conducido a parajes distantes, de pronto me situó en "La Esquina Cero".

A unos pasos, se levantaba, frente a mí, el Hotel Europe. El tiempo se detuvo: el pasado y el futuro confluyeron en un presente perfecto. No era 1984, ni tampoco era 2007: era el instante poseedor de todos los instantes, el momento único, el orgasmo espiritual.

De todas las postales que almaceno en mi memoria, ésta es, seguramente, la que ocupa un sitio primordial.

He aquí, la vida.

Al fin.

Y ahora me muestro al mundo, por un instante, con alegría.

domingo, febrero 04, 2007

La Tormenta Invernal.

"If I wait for stormy skies
You won't know the rain from the tears in my eyes
You'll never know that I still love you so
Though the heartaches remain
I'll do my crying in the rain"
a-ha, Crying in the rain.

Un par de días de vuelta en el terruño: niebla en las montañas, diversos matices grises en el cielo. El disco solar ha permanecido oculto tras las nubes y no se ha mostrado con claridad. (Quizás desde semanas atrás).

Experimentar la melancolía es inevitable.

Se apodera de cada objeto, de cada instante, de cada vivencia...

Una sombra lánguida se proyecta en los ricones: es la mía.

Ecos y recuerdos aturden estas calles.

Observo la lluvia, y por un instante, pienso y recuerdo (y casi con sagacidad), me atrevería a decir, que también siento... En las inmedicaiones de los parques cuando hubo tardes lluviosas, en los recorridos de autobús, acompañado, en los intersticios del día, cuando el tiempo era ágil y no languidecía, como cuando se está solo...

Sólo La mujer sin sonrisa, mi gato negro y mi gata gris, otorgan sentido a este fin de semana.

Todo lo demás, continúa cediendo al Tiempo y la Distancia...Desvaneciéndose en un tono claroscuro, como la lluvia cuando cae en el pavimento.

martes, enero 23, 2007

El fin de los relatos.



"There is no dark side of the moon really.
Matter of fact it's all dark."
Pink Floyd, Eclipse.

Aún en estos tiempos aciagos, existe un hecho que otorga sensibilidad a la existencia: caminar solo a medianoche, en las inmediaciones de un parque oscuro.

Acelerar el paso y percibir los ruidos distantes: murmullos y silbidos, enigmas de sombras que acechan a lo lejos. En la penumbra, imágenes difusas de espíritus se trasladan con el viento, deseando gemir sin siquiera suspirar.

Algo siniestro se aproxima: la noche.

Las páginas amarillentas de un breviario se deshojan y son arrastradas por el suelo, hacia la nada. Las ventanas se abren de par en par, con violencia... Un olor pútrido se hace notorio en el ambiente, un gato observa con cautela desde un rincón...

Tras las ramas de los árboles, la luna muestra una faz espectral, y con esa imagen, comienza a balancearse: se desorbita. Gira de un lado a otro en el firmamento. En el parque, el viento arrecia.

Millones de lamentos comienzan a escucharse... La luna se aproxima, sus enormes cráteres dominan una imagen fantasmal, y luego estalla, con un estruendo atroz.

La Tierra tiembla.

A partir de ahora, los días serán muy largos, el tiempo se confundirá: no habrá meses tal como los conocemos. El viento arrasará con gases deletéreos, no habrá relatos en torno a la Luna, ni a las noches... Ni a los gatos que observan con cautela.

No habrá relatos.

La energía vital que dotó de imaginación a los Seres Humanos durante millones de años, se ha extinguido.

Es el fin.

Los gatos extraviarán su rumbo al andar.

Y los incontables relatos que se escribieron al amparo de la Luna, serán olvidados.

viernes, enero 19, 2007

Memoria de las calles.




"Touch my hand,
It's only me, listen:
I'm here..."
Alpha, Sometime later.

A menudo, las calles que recorro en la ciudad brindan una solemnidad mortuoria.

Preservan la energía de llantos acallados, miles de gritos desprevenidos que fueron cesados de tajo en la distancia. El viento que sopla sobre el rostro es frío y seco, amargo como el humor. ¡Cuánto se extraña al viento polar de las montañas, que corre desbocado, regocijando al espíritu!

Aquí sólo hay inmundicia y un fétido hedor a muerte.

Algunas veces (en algún momento del día, y en alguna calle determinada), la energía que nos nutre y envenena cuando estamos en contacto con el mundo, se convierte en una serie de clamores desapercibidos, como los transeúntes que recorren las calles dispersas de la ciudad, sin pensar mucho en los secretos que resguarda cada esquina.

jueves, enero 11, 2007

Stultifera Navis.



"The dreams in which I'm dying are the best I've ever had,
I find it hard to tell you,
I find it hard to take,
When people run in circles,
It's a very very,
Mad world..."
Gary Jules, Mad World.

En 1494, el suizo Sebastian Brandt publicó Narrenschiff, cuya traducción al latín fue "Stultifera Navis", y que en español equivale a "La nave de los locos". La obra, narrada por la locura misma, abordaba de modo satírico la vida de 111 personajes representativos de la sociedad de entonces, todos ellos insensatos, quienes se embarcaban en un viaje hacia la Tierra de la Locura.

La nave se daba a la deriva...

Cientos de años después, Michel Foucault dedicó algunos párrafos preliminares de su "Historia de la Locura en la Época Clásica" a la Stultifera Navis, retomando el relato y proponiendo la tesis de su existencia verídica.

Nuestro mundo, con sus noches caóticas y sus días grises, se ha convertido ahora en esa gran embarcación. Nuestro Tiempo decadente es una caravana exquisita que transporta a miles (o millones) de seres desquiciados, quienes caminan hablando y murmurando solos por las calles, llorando, enamorándose, suicidándose después, arrojándose al asfalto desde un Puente peatonal... Arrojándose al vacío.

Nadie escapa ya.

Abordamos de modo sublime e inconsciente la Stultifera Navis, y luego nos tiramos por la borda. En nuestro Tiempo vale poco la cordura. (No vale nada: es insípida y amorfa).

Confundidos en el non-sense, navegamos y nos perdemos en una turbia marea que devora todo a su paso... El océano indómito y la sal corroen los tejidos humanos, hasta destruirnos.

Y nos llevan de vuelta a los inhóspitos parajes donde sólo los espíritus se regocijan, apartándonos de la vida que jamás debimos presenciar.

Por suerte, es así.

jueves, enero 04, 2007

2007: El momento épico y surrealista.

(De vuelta a lo básico):
la conclusión de una saga.


"Cry, baby, cry
Cry, cry to heaven
Say a prayer and light a candle
Toll a bell

Cry, baby, cry
Cry, cry to heaven
If that doesn't do it for you
Go ahead, and cry like hell..."
Meat Loaf, Cry to heaven
(Letra de Jim Steinman)

Hubo un día en 1993 que sobresale del resto. Justo en plena era del grunge, la decadencia del hair-bands metal, la confluencia del mejor brit pop y la sonoridad del movimiento alternativo. Fue un día de septiembre, cuando me topé con un álbum que no tenía nada que ver con los géneros previamente enunciados:

Bat out of hell III (Back into hell).
Y con una canción: "I'd do anything for love (but I won't do that)."



Dos años antes de "Mellon Collie and The Infinite Sadness", y cuatro antes de "OK Computer", Back into hell se convirtió para mí en el primer álbum que además de ser conceptual, era vivencial (y hasta ahora, insuperable).

Meat Loaf tenía la voz perfecta, cantando las letras de Jim Steinman, conjugando música, literatura ysurrealismo exacerbado mediante un rock épico, "wagneriano", aguerrido y sublime.

El murciélago demoníaco salía por segunda ocasión del infierno para convertirse en un raptor que se postraba sobre el Edificio Chrysler. El álbum estaba dotado con un diseño artístico impresionante, haciendo justicia a su predecesor.



Bien, justo ahora queda completa la trilogía, uniendo a tres artistas gráficos imprescindibles para el anecdotario personal:
Richard Corben, Michael Whelan y Julie Bell, dos productores: Jim Steinman y Desmond Child, y por supuesto, una voz única: Meat Loaf.

El murciélago ha salido de nuevo del infierno, para suerte de muchos.
hay música melancólica, música etérea, música introspectiva... Y música que sólo nos conecta con nuestra esencia primigenia: allí se encuentran los Bat out of hell's.