miércoles, agosto 30, 2006

El alquimista multicolor.

"Here shall we live in this terrible town
Where the price for our minds
shall squeeze them tight like a fist

And the walls shall have eyes
And the doors shall have ears
But we'll dance in their dark
And they'll play with our lives

Like a Slow Burn
Leading us on and on and on
Like a Slow Burn..."
David Bowie, Slow Burn.


¿Cómo he llegado hasta aquí?

Es algo muy sencillo de responder (y al mismo tiempo, bastante complejo), pues sólo se lo debo a una persona.

¿Cuántos seres aparecen -y reaparecen- en la vida tras haber cerrado un ciclo, y en un instante, cambian el curso de los hechos? En la mía, han sido escasos.

Ahora mismo pienso en él, y creo que posee todos los pinceles y los lienzos para ir a cualquier parte y diseñar una historia que comienza en blanco. Curiosamente, ni siquiera es cuestión de orgasmos compartidos, sino más bien, de ese vocablo en desuso que en estos días se concede a contadas personas y pasa de denominarse 'amistad' a 'hermandad'.

¿Cuántos filtros y cuántas máscaras necesitan los otros para sentirse libres?
(¿Y nunca serlo?)

Doy gracias por haber conocido aunque sea, a una persona que puede mofarse y cagarse del mundo, siendo él mismo.

¿Cuántas personas comprenden ese arte dialéctica de caer, levantarse, luego caer más hondo y finalmente renacer de nuevo?

No cualquiera.

(En efecto, "hay niveles").

Gracias por haber cambiado el sentido de los Tiempos.

lunes, agosto 28, 2006

Resplandor y un espítiru luminoso.

"Entonces los espíritus saldrán de las prisiones
de los que no ven,
y entonces también,
mi voz será escuchada."

(Apócrifo) Evangelio Cátaro
del pseudo Juan.

¿Por qué las emociones primigenias son tan intensas?
(Si en realidad, todo sucede por vez primera en cada instante).

Caminando por el sur de la ciudad, visitando librerías, galerías y otros sitios inesperados y luego de la -ya cotidiana- tromba vespertina, un resplandor naranja iluminó las calles, justo en frente a mis pasos.

No podría describirlo mediante palabra alguna... Simplemente sucedió.

"Y como suele suceder con los mejores hechos de esta existencia, a mis 26 años, también apareció de forma inesperada."

Quizás en un improbable futuro, el recuerdo de estos días venga a mí de un modo naranja, tal como le ocurre al ocre con los años 80's. No lo sé (y no me importa). Por ahora el Tiempo cobra sentido en cada acción, en el Presente.

Y de nuevo, un pasaje hallado convenientemente ayer en la página de un libro. (Porque desde luego, nada ocurre por casualidad):

"Silente, silente noche
apaga la luz bendita
de tus refulgentes antorchas.

Pues poseídos por la luz,
miles de espíritus se extravían,
traicionando la dulce dicha."
William Blake, Canción de Cuna.

viernes, agosto 25, 2006

In tenebras evanescam.

"Desapareceré en la tiniebla
en una noche hecha por el Hombre..."
Michael Green, La Profecía del Cuerno Espiralado.

Desde el café, sentado frente a un ventanal, aprecié la fúrica tempestad que durante más de dos horas azotó (y asoló) el valle oriental de la Ciudad.

Rayos, relámpagos, truenos estentóreos... Lluvia y viento gélido que calaba los huesos con su impacto.

Y yo feliz, congratulándome por presenciar la escena. (Hubo tanta energía allí como en millones de emisiones de semen).

El suceso logró hacerme evocar un añejo pasaje en un libro del Hagadá: el arrivo de Asallam, el Primer Unicornio, envuelto en un torbellino espiralado. Y con él, el Principio de los Tiempos.

Y desde allí, también pude percatarme cuán pequeño es el orbe, cuando se tienen ideas tran grandes. Sobre todo en un rumbo como éste, con tanto glamour, rostros impecables y prendas majestuosas... El frívolo encanto de la sofisticación que disfraza con egos descomunales a espíritus vacíos.

Y todo con el colmo de la presunción... Para acabar conteniendo la misma mierda.

De algo estoy seguro: jamás cambiaría en mí la posibilidad de maravillarme ante los sucesos más triviales.

Salí del café a mitad de la tormenta, fue orgásmico: caminar solo por esas calles, como el enigmático señor Sommer de Patrick Süskind.

Extraña mezcla de misticismo y 'existencialismo urbano'.

jueves, agosto 24, 2006

Alegorías en el piso 15.

“There's a science fiction in the space between:
You and me…”
Tracy Chapman, Telling stories.

Miles de luces ámbar en la avenida, ruidos urbanos arrullando a la velocidad, bullicios, cantos y lamentos, una noche fresca que despliega millones de lienzos multicolores a través de pantallas, imágenes y letras, y como eje axial, la voz de Tracy Chapman...

Todo es una gran alegoría.

Desde aquí, miles de ideas cruzan mi mente: pienso en Verlaine disparándole a Rimbaud, en el diario escrito en Reading por Oscar Wilde, en la amargada Highsmith dando vida al Señor Ripley, en Houellebecq creando magníficas historias decadentes en París, en el deseo misantrópico de Jelinek, preo sobre todo, en esa exquisita tensión sexual que ameniza los relatos de Allan Hollinghurst. Y luego pienso en Gheesh.

A casi dos años de publicar textos en este blog (pero sobre todo en estos días), Gheesh continúa haciendo mella en mi mente, con su frase de Maruja Torres:

“Existe un comienzo para cada episodio en la vida, como también existe un final, pero nadie es capaz de identificarlos cuando llegan, quizás porque la vida nos envuelve, perdiendo constantemente, a veces ganando, pero nunca sabiéndolo...
No creo que el conocimiento acerca de los sentimientos de una persona alimente el dolor o amplifiquen el placer… Todo lo contrario, alejan la esperanza del sufrimiento y nos insertan la duda por ser felices.

Eso sí, nos aportan algo grandioso: la oportunidad de renacer a partir de nuestras cenizas.”

Gracias de nuevo Gheesh, dondequiera que te encuentres.

"Whatever you are
and wherever you are
don't lose faith,
I know it's gonna happen someday
to you..."

Quizás siempre has estado aquí.
(Morrissey, siempre Morrissey).

Por ahora, no existen directrices a seguir, sólo circunstancias.

Esta noche, como cualquier otra, saldré a caminar y sin que me importe el clima, disfrutaré cada impulso y cada idea.

El tiempo siempre trae lo que debe traer, dispersando las cenizas.

sábado, agosto 19, 2006

Más allá de la niebla: Legiones.

"En mi locura he hallado libertad y seguridad:
La libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido,
pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad;
ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón."
Gibrán Jalil Gibrán, El Loco.

Atravesé las montañas y por unas horas, volví a ocultame en la buhardilla... ¡Todo es tan distinto! La niebla perenne que cubre estas latitudes me brindó tal confort por años, que llegó a convertirse en mi hábitat.

Y de repente, en un inusitado vuelco, se esfumó.

Hay llamas que arden durante siglos y en tardes ocres, se consumen... Y otras simplemente pasan del malva al cian.

Parte de mi espíritu se ha quedado aquí: en cada objeto, en las callejuelas estrechas, en las tardes grises y en un par de miradas felinas que pueden apreciar el infinito (y también la finitud). Pero en cambio otra, más intrépida, atravesó el umbral de la niebla. Allí existen legiones milenarias de momentos, emociones, sueños e ideas insospechados.

Miles de historias: una en cada calle que se modifica conforme se da vuelta en una esquina.

Y en el centro de todo, por ahora, estoy yo.

Y cerca de mí, unos ojos marrones. ¿Has escuchado Interlude con Siouxsie & Morrissey, en una una tarde ocre, desde una buhardilla en las montañas?

Házlo, resulta orgásmico.

martes, agosto 15, 2006

En el comienzo, sólo oscuridad (y misterio).

"We ain't goin' to the town
We're going to the city
Gonna trek this shit around
And make this place a heart
To be a part of
Again

We're, going, going
And we're gone
Going, we're going, going
And we're gone

So baby make it with me in preparation for tonight
We've got so much to leave..."

Interpol, Next Exit.

No tienes idea de dónde vengo, ni de cuántas Eras he vivido antes de llegar aquí. Simplemente no la tienes. ¿Y sabes qué es lo mejor de todo eso? Que sólo poseo la Libertad para llegar a un sitio cualquiera y asombrarme de los elementos más simples que pudieras imaginar.

Ahora, por ejemplo, vivo en equilibrio. Resulta inusitado en mí, pero sucede. Es un aporte de vida: ascender y desde este observatorio en el Oriente, dirigir los brazos hacia cualquier punto cardinal, y de inmediato, pensar que en cuestión de tiempo podría llegar ahí.

Y de nuevo, no tienes idea. Pienso en el Génesis de mi Universo, en esa inconmensurable marea de posibilidades, y me resulta estimulante. Me intriga saber por qué estás aquí, aunque por ahora seas más bien una idea. Y por eso también, gracias. Más allá del ego descomunal que te disfraza, quizás se oculte un sencillo (y a la vez enorme) Ser Humano.

Y tampoco tienes idea de cuánto te he observado. Acertadamente, todo comienza con las primeras líneas de un Génesis reversionado, cuando "en el comienzo todo era oscuridad, y un espíritu vagaba solo por las aguas".

He aquí, pues, el comienzo.

viernes, agosto 11, 2006

Los vaticinios y los días.

"There's a song playing on the radio
Sky high in the airwaves on the morning show
And there's a lifeline slipping as the record plays..."
We'll be the wild ones, running with the dogs today."

Suede, The wild ones.

Una extraña sensación épica emana de todas partes y de ninguna. Estuve esperando por años un momento así para crear, y ahora, justo ahora, llega hacia mí de modos inauditos.

Durante las primeras horas del amanecer, mientras dormía, tuve de nuevo el mismo sueño recurrente que me ha acompañado en diversas etapas de esta existencia: caminaba en una noche despejada, luego alcé la mirada al cielo y las estrellas centelleaban de un lado a otro, como si se tratase de un espectáculo de pirotecnia.

Miles de luces siderales colisionaban en el firmamento, provocándome una sensación inefable de algarabía que lograba conmoverme.

Desperté y por varios minutos estuve reflexionando al respecto.

Y después, ya en estado de vigilia, la Tierra tembló.

Un sismo de 5.9º Richter sacudió ligeramente a la ciudad, y mientras esto acontecía, di gracias por estar aquí.

Este fin de semana el cielo nocturno se iluminará fugazmente con el rastro de Las Perseidas, cuando el orbe atraviese el trayecto de un cometa...

¿Mera coincidencia? ¿Vaticinios y designios?

¿Qué capítulo comienza?

En medio del caos y la entropía, mientras el mundo, este país y esta ciudad se encaminan con premura a una involución histórica, sigo agradeciendo el hecho de ser partícipe de ello.

jueves, agosto 10, 2006

Plenilunio de Agosto: ¿el mundo comienza esta noche?

Nuevos prodigios y virtudes perdidas: el momento justo del plenilunio, cuando una faz de la Luna se muestra completamente (y su lado oscuro sirve aún de alimento y veneno para los espíritus arcanos), resulta ser un momento decisivo, cuando menos este mes.

El destino se muestra tan majestuoso, repentinamente...

¿Es una alucinación?

Pasé años escribiendo sobre la Melancolía y el Fin del Mundo. (Y en algún momento posterior volveré a retomar el tema). Pero no más por ahora: He agotado mis recursos.

Justo con este plenilunio de agosto, queda marcada una nueva fase: la del proemio hacia una brecha distinta.

Quizás el mundo comience esta noche...

Que así sea.

martes, agosto 08, 2006

la reinvención naranja.

"The last night on Maudlin Street
goodbye house
goodbye stairs
I was born here
I was raised here, and
...I took some stick here
love at first sight
may sound trite
but it's true, you know
I could list the details
of everything you ever wore
or said, or how you stood that day
and as we spend the last night
on Maudlin Street, I say
"goodbye house-forever!"

I never stole a happy hour
around here
Where the world's ugliest boy
became what you see
here I am - the ugliest man
Its the last night on Maudlin Street
and truly I do love you
oh, truly I do love you
When I sleep with that picture of
you framed beside my bed
oh, it's childish and it's silly
but I think it's you in my room
by the bed (...yes, I told you it was silly...)"
Morrissey, Late night, Maudlin Street.

La Gran Ciudad: Estrés, velocidad, y sobre todo concreto, mucho concreto.

Tan pronto arrivé a la capital, salí a caminar a las calles indómitas: he aquí donde se encuentra ese sentido de libertad que tanto se extraña en el terruño, cerca de las montañas. Y pese a esto, lejos de lo que pudiera pensarse a primera vista, es cruel y es triste, muy triste.

Pasé años sin derramar una sola lágrima y ahora brotan a todas horas, emanan de "ese sentido de la ausencia y de esa ausencia del sentir" que se convierte en nostalgia inaudita. No extraño todo, sólo lo irremplazable: a ese par de gatos que despertaban a un costado junto a mí, a La Mujer sin sonrisa, a Biógrafa Chú y a un par de amigos más... Tan lejos y tan cerca.

Pero ahora, tal parece, toca una vuelta de tuerca.

Por lo que respecta a la ciudad, el aire de las calles es pesado y seco, las miradas álgidas y sospechosas, y a leguas se distingue una inaudita sensación de vivir a prisa, caminar con premura, llegar a casa y echar doble cerrojo a las puertas, que me lleva a asegurar que todos los personajes de esta urbe son exquisitos esquizoides.

Las grandes lozas de concreto que conforman la ciudad pueden llegar a ser demoledoras en más de un aspecto: si vas solo a la cama por la noche, sin un maullido, un abrazo o un ronroneo que te alegre el día, puedes, sencillamente, desvanecerte.

Sencillamente un día, no despertarás.

Y a pesar de esto, ciertos mensajes llegan de los modos más diversos e inimaginables: una conversación ajena en la banqueta, un epígrafe en un libro, una frase en un café...

"Que el camino crezca hasta llegar a ti,
que el viento siempre sople a tus espaldas,
que el Sol brille cálido en tu cara,
que la lluvia caiga suave sobre tus campos.
Y hasta que nos encontremos nuevamente
Dios te cobijará en la palma de su mano"
Antigua bendición irlandesa.

Por ahora sólo tengo un aliciente: el saber que ahora toca el turno a los días de la reinvención naranja, que por suerte, comparten el mismo matiz que el aura de La Mujer sin Sonrisa.

martes, agosto 01, 2006

Energía mística.

"Quiero asomarme al mundo como quien se asoma
a una colección de tarjetas postales."
Eva Perón, entrevista a 'Antena', 1944.

Hoy está presente en todas partes: es la esencia de cada objeto acomodado en la habitación, en cada página de un libro, en cada track de un disco compacto...

Puede olerse en mi recámara: es el penetrante olor a copal que despide el incensario...

Surca los aires a la velocidad de la luz (y de la oscuridad). Se ha sumergido bajo el agua fría de un caudaloso río que se pierde en la lejanía de los eones...

Atraviesa los cuerpos celestes y se prolonga al infinito: es el aquí y el ahora. Es cada instante que con la inmediatez de las emociones, siempre es el primero y el último...

Es el espíritu del viento boreal, y también es el espíritu de cada gato que vaga solo por las noches, y que se interna en sitios insólitos escapando al entendimiento humano...

Es la consistencia del vino y la tesitura de varias voces épicas...

Es la música y el sexo, la conjunción de ambos y el semen indómito que delira en cada emisión...

Es el arte de caminar y de plasmar ideas por escrito, y es también el arte de narrar...

Pero no siempre estuvo ahí.

Esta mañana pasé horas viendo viejas fotografías: ¿cuántas sonrisas reprimidas hubo allí? ¿Cuántos deseos incumplidos? ¿Cuántos orgasmos fallidos? ¿Cuántos testimonios de miseria humana enarbolaban esos rostros compungidos? ¿Cuánta mierda acumulaban diariamente junto a su soledad? ¿Cuánta crueldad? ¿CUÁNTA?

Y así lo hicieron por años (y luego de años, décadas) hasta que un mal día, como todos los de su tiempo, se volvieron polvo. Y luego del polvo sólo quedaron vestigios dispersos, como esas fotografías.

Y nada más.

Todo por no apreciar esa 'energía mística' que hoy está presente en todas partes, que brinda sentido a la vida misma (cuando menos a la mía), y que se denomina LIBERTAD.