"Here shall we live in this terrible town
Where the price for our minds
shall squeeze them tight like a fist
And the walls shall have eyes
And the doors shall have ears
But we'll dance in their dark
And they'll play with our lives
Like a Slow Burn
Leading us on and on and on
Like a Slow Burn..."
David Bowie, Slow Burn.
Where the price for our minds
shall squeeze them tight like a fist
And the walls shall have eyes
And the doors shall have ears
But we'll dance in their dark
And they'll play with our lives
Like a Slow Burn
Leading us on and on and on
Like a Slow Burn..."
David Bowie, Slow Burn.
¿Cómo he llegado hasta aquí?
Es algo muy sencillo de responder (y al mismo tiempo, bastante complejo), pues sólo se lo debo a una persona.
¿Cuántos seres aparecen -y reaparecen- en la vida tras haber cerrado un ciclo, y en un instante, cambian el curso de los hechos? En la mía, han sido escasos.
Ahora mismo pienso en él, y creo que posee todos los pinceles y los lienzos para ir a cualquier parte y diseñar una historia que comienza en blanco. Curiosamente, ni siquiera es cuestión de orgasmos compartidos, sino más bien, de ese vocablo en desuso que en estos días se concede a contadas personas y pasa de denominarse 'amistad' a 'hermandad'.
¿Cuántos filtros y cuántas máscaras necesitan los otros para sentirse libres?
(¿Y nunca serlo?)
Doy gracias por haber conocido aunque sea, a una persona que puede mofarse y cagarse del mundo, siendo él mismo.
¿Cuántas personas comprenden ese arte dialéctica de caer, levantarse, luego caer más hondo y finalmente renacer de nuevo?
No cualquiera.
(En efecto, "hay niveles").
Gracias por haber cambiado el sentido de los Tiempos.
Es algo muy sencillo de responder (y al mismo tiempo, bastante complejo), pues sólo se lo debo a una persona.
¿Cuántos seres aparecen -y reaparecen- en la vida tras haber cerrado un ciclo, y en un instante, cambian el curso de los hechos? En la mía, han sido escasos.
Ahora mismo pienso en él, y creo que posee todos los pinceles y los lienzos para ir a cualquier parte y diseñar una historia que comienza en blanco. Curiosamente, ni siquiera es cuestión de orgasmos compartidos, sino más bien, de ese vocablo en desuso que en estos días se concede a contadas personas y pasa de denominarse 'amistad' a 'hermandad'.
¿Cuántos filtros y cuántas máscaras necesitan los otros para sentirse libres?
(¿Y nunca serlo?)
Doy gracias por haber conocido aunque sea, a una persona que puede mofarse y cagarse del mundo, siendo él mismo.
¿Cuántas personas comprenden ese arte dialéctica de caer, levantarse, luego caer más hondo y finalmente renacer de nuevo?
No cualquiera.
(En efecto, "hay niveles").
Gracias por haber cambiado el sentido de los Tiempos.