miércoles, agosto 30, 2006

El alquimista multicolor.

"Here shall we live in this terrible town
Where the price for our minds
shall squeeze them tight like a fist

And the walls shall have eyes
And the doors shall have ears
But we'll dance in their dark
And they'll play with our lives

Like a Slow Burn
Leading us on and on and on
Like a Slow Burn..."
David Bowie, Slow Burn.


¿Cómo he llegado hasta aquí?

Es algo muy sencillo de responder (y al mismo tiempo, bastante complejo), pues sólo se lo debo a una persona.

¿Cuántos seres aparecen -y reaparecen- en la vida tras haber cerrado un ciclo, y en un instante, cambian el curso de los hechos? En la mía, han sido escasos.

Ahora mismo pienso en él, y creo que posee todos los pinceles y los lienzos para ir a cualquier parte y diseñar una historia que comienza en blanco. Curiosamente, ni siquiera es cuestión de orgasmos compartidos, sino más bien, de ese vocablo en desuso que en estos días se concede a contadas personas y pasa de denominarse 'amistad' a 'hermandad'.

¿Cuántos filtros y cuántas máscaras necesitan los otros para sentirse libres?
(¿Y nunca serlo?)

Doy gracias por haber conocido aunque sea, a una persona que puede mofarse y cagarse del mundo, siendo él mismo.

¿Cuántas personas comprenden ese arte dialéctica de caer, levantarse, luego caer más hondo y finalmente renacer de nuevo?

No cualquiera.

(En efecto, "hay niveles").

Gracias por haber cambiado el sentido de los Tiempos.

1 comentario:

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Hay seres lúdicos con los que uno se iría al fin del mundo, a pasar la guerra, si tengo que referirme a los extremos...

:) Salutes.