"There's a song playing on the radio
Sky high in the airwaves on the morning show
And there's a lifeline slipping as the record plays..."
We'll be the wild ones, running with the dogs today."
Suede, The wild ones.
Sky high in the airwaves on the morning show
And there's a lifeline slipping as the record plays..."
We'll be the wild ones, running with the dogs today."
Suede, The wild ones.
Una extraña sensación épica emana de todas partes y de ninguna. Estuve esperando por años un momento así para crear, y ahora, justo ahora, llega hacia mí de modos inauditos.
Durante las primeras horas del amanecer, mientras dormía, tuve de nuevo el mismo sueño recurrente que me ha acompañado en diversas etapas de esta existencia: caminaba en una noche despejada, luego alcé la mirada al cielo y las estrellas centelleaban de un lado a otro, como si se tratase de un espectáculo de pirotecnia.
Miles de luces siderales colisionaban en el firmamento, provocándome una sensación inefable de algarabía que lograba conmoverme.
Desperté y por varios minutos estuve reflexionando al respecto.
Y después, ya en estado de vigilia, la Tierra tembló.
Un sismo de 5.9º Richter sacudió ligeramente a la ciudad, y mientras esto acontecía, di gracias por estar aquí.
Este fin de semana el cielo nocturno se iluminará fugazmente con el rastro de Las Perseidas, cuando el orbe atraviese el trayecto de un cometa...
¿Mera coincidencia? ¿Vaticinios y designios?
¿Qué capítulo comienza?
En medio del caos y la entropía, mientras el mundo, este país y esta ciudad se encaminan con premura a una involución histórica, sigo agradeciendo el hecho de ser partícipe de ello.
Durante las primeras horas del amanecer, mientras dormía, tuve de nuevo el mismo sueño recurrente que me ha acompañado en diversas etapas de esta existencia: caminaba en una noche despejada, luego alcé la mirada al cielo y las estrellas centelleaban de un lado a otro, como si se tratase de un espectáculo de pirotecnia.
Miles de luces siderales colisionaban en el firmamento, provocándome una sensación inefable de algarabía que lograba conmoverme.
Desperté y por varios minutos estuve reflexionando al respecto.
Y después, ya en estado de vigilia, la Tierra tembló.
Un sismo de 5.9º Richter sacudió ligeramente a la ciudad, y mientras esto acontecía, di gracias por estar aquí.
Este fin de semana el cielo nocturno se iluminará fugazmente con el rastro de Las Perseidas, cuando el orbe atraviese el trayecto de un cometa...
¿Mera coincidencia? ¿Vaticinios y designios?
¿Qué capítulo comienza?
En medio del caos y la entropía, mientras el mundo, este país y esta ciudad se encaminan con premura a una involución histórica, sigo agradeciendo el hecho de ser partícipe de ello.
3 comentarios:
Aquí el mundo se vuelve pequeño entre la red y esta sala. Es sólo un espejismo...
Los sismos, las hecatombes, el tiempo, las guerras, cierta luz que baña todo lo esperado, existe y no sé qué vendrá mañana...
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salutes invernales.
Decia Sabines que los desastres naturales son signos de la tierra que se agita y conmueve cuando Dios esta lejos.
Tu lo has dicho bien no hay concidencias si no destinos.
Sigo escribiendo si tu también lo haces.
Saludos.
Me heriste.
Tras ponderarlo, he decidido que es imperdonable.
Come mierda y que te aproveche,
Maldito Pendejo Culero.
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