“Los años traerán lo que habrán de traer.
No volveremos a hablar de esto hasta que muchos hayan transcurrido.
Mientras tanto, los días ensombrecen, y muchos males se avecinan."
No volveremos a hablar de esto hasta que muchos hayan transcurrido.
Mientras tanto, los días ensombrecen, y muchos males se avecinan."
J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos: Apéndices.
La fiesta ha terminado tarde. Llegué a casa poco antes del amanecer, e incluso me apresuré a dormir, antes de que los primero rayos solares se infiltraran en la recámara.
Y fue así como dio inicio…
Caminé por varias calles. Algunas de ellas me resultaban conocidas, e incluso cercanas a la ciudad donde radico, y otras, en cambio, eran extrañas, como de lugares muy lejanos; a medida que avanzaba, me adentraba en callejones y avenidas gradualmente más oscuros. Así llegué a un parque, o más bien, lo que quedaba de él: era sólo un área verde descuidada, con lozas de cemento partidas, divididas por grietas de un croma negro inescrutable. Percibí que el lugar era maligno, pues sombras de dimensiones colosales cruzaban frente a mí, rodeándome. Apresuré el paso, y de ese modo llegué a una fuente circular, derruida. A pesar de encontrarse en pésimas condiciones, el agua que contenía no era turbia, sino al contrario, bastante cristalina, lo que llamó mi atención.
Me acerqué y algo me empujó, una fuerza que no era física, sino más bien psíquica, difícil de explicar; apenas metí las manos en el agua, el tiempo se suspendió -incluso en el sueño- y vi a una persona que no conozco, pero que me parecía conocida de hace muchísimo tiempo. Inclusive vi que bajaba de un auto, se aproximaba y me saludaba, y al hacerlo, una energía indescriptible, sobrehumana, me estremecía.
Luego vi el reflejo de la luna en el agua de la fuente, alcé la vista y las estrellas se alineaban de un lado a otro, en constante movimiento.
Con esta imagen desperté.
Horas después, sucedió algo similar. Conforme pasan los minutos, lo vengo asimilando. La luna se muestra igual que en el sueño, y la escena sucedió de nuevo: allí estaba, en realidad nunca le he visto, y al mismo tiempo, sé que convivimos antes, quizás hace mucho tiempo.
¿En verdad sucedió?
Me he topado con tantas sombras furtivas últimamente que prefiero no pensar.
Luego vi el reflejo de la luna en el agua de la fuente, alcé la vista y las estrellas se alineaban de un lado a otro, en constante movimiento.
Con esta imagen desperté.
Horas después, sucedió algo similar. Conforme pasan los minutos, lo vengo asimilando. La luna se muestra igual que en el sueño, y la escena sucedió de nuevo: allí estaba, en realidad nunca le he visto, y al mismo tiempo, sé que convivimos antes, quizás hace mucho tiempo.
¿En verdad sucedió?
Me he topado con tantas sombras furtivas últimamente que prefiero no pensar.
Quizás sólo sucedió en el sueño.
Y si así fue, agradezco haberlo sentido.
Estas últimas horas me han traído un poco de todo, como sólo en noviembre podría suceder.
Y si así fue, agradezco haberlo sentido.
Estas últimas horas me han traído un poco de todo, como sólo en noviembre podría suceder.
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