jueves, noviembre 08, 2007

¡NOVIEMBRE! Un prólogo.

El hombre que observaba las estrellas
desde el borde del mundo


Durante la Edad Media, se creía que
quienes observaban las estrellas
y se adentraban a conocer los misterios del universo
estaban condenados a caer en el vacío…

Después de todo, quizás el mito era cierto.

ESTE BLOG CUMPLE TRES AÑOS.

Durante ese lapso, ha servido como algo más que un simple recurso literario, constituyéndose como un referente personal y un testimonio de vida, almacenando un sinnúmero de vivencias, relatos cortos, conteos musicales, reseñas discográficas y bibliográficas, efemérides astronómicas, así como apreciaciones e interpretaciones de la realidad política, socioeconómica y cultural de la región y el mundo.

Por tanto, durante tres años este espacio se ha erigido como ejemplo, símbolo y señal de todo aquello que me conforma.

Aunque en realidad, mi primer “Breviario” (no en formato digital) surgió tiempo atrás, en el año 2000. Por ese entonces tenía una imperiosa necesidad de relatar lo que vivía, cuando contaba con 20 años… De repente ya tenía 22. Y cuando me percaté, tenía 24. Los años transcurrieron con premura, y con ellos, cada primavera y cada verano apresuró su marcha. No hubo que esperar mucho para el comienzo del otoño (aunque francamente, las últimas temporadas de estío se han vuelto tediosas y monótonas), ni tampoco para noviembre, mi mes dilecto del año.

Cada noviembre, durante los últimos cinco años, he ido escribiendo un relato, retomándolo sobre todo en días lluviosos (porque en mi caso, resultan idóneos para entrar en "trance narrativo"). Contrario a la idiosincrasia de la mayoría, una tempestad otoñal no le resta encanto a la vida, sino al contrario: la vuelve más intensa y emotiva.

El relato en cuestión fue creado a partir de una experiencia verídica. Una herida ácida, que dejó una cicatriz y quedó tatuada. Y comenzó también con un sueño, que por varios lustros se ha vuelto recurrente. Ha sido un sueño tan extraño y complejo como la vida misma, o bajo una óptica superior, como la prehistoria y la historia de nuestra civilización, e inclusive como el origen y la expansión del universo.

Siendo un producto del subconsciente, el sueño carece de lógica y del mínimo sustento científico, lo cual le otorga un toque bastante acorde con nuestro Tiempo; durante el mismo, me hallo flotando, suspendido en algún punto distante del infinito mientras sopla con fuerza el viento cósmico, muy frío, que me transmite una sensación suprema de sosiego.

De modo similar a las imágenes que aparecen en programas televisivos sobre geofísica y astronomía, en mi sueño viajo entre cientos de lunas y planetas, cometas y asteroides… Incluso puedo apreciar, en la lejanía, galaxias enteras, de extrañas formas espiraladas y otras cuyos astros luminosos se unen mediante líneas y curvas rojas, formando símbolos complejos que en estado de vigilia no he logrado recordar, (tal como suele representarse a las constelaciones en los mapas celestes).

Hace algunos años hallé esta pintura de Michael Whelan

estableciendo de inmediato una semejanza con el sueño citado.

La influencia del sueño ha sido tal, que por varios años he dedicado parte de mi tiempo libre a observar el cielo nocturno, como un aficionado que —tras posicionar, calibrar y colimar el telescopio—, se asombra de los sucesos que acontecen en la bóveda celeste.

Desde tiempos remotos, ciertos seres humanos hemos observado las estrellas con distintas pretensiones:

Para comprender la finitud,
Para interpretar el presente y predecir el futuro
Para teorizar el origen y la evolución del Universo
Para satisfacer la necesidad espiritual…
O para encontrar la esencia de sí mismos.

Sin embargo hoy en día, y a lo largo de estos años, no he conocido a nadie más que se conceda tiempo para observar los astros, quien conozca el nombre de las constelaciones y esté pendiente de la luna. Debe ser porque en nuestro contexto cotidiano, y por consiguiente, mi realidad inmediata, es más fácil cavar un hueco en la tierra hasta encontrar agua, que buscar un océano en el firmamento, y atreverse a volar para encontrarlo. Suena como un disparate (pero aún así, es una posibilidad).

Por tanto, (y con cierto pesar), he llegado al punto en el que estoy convencido de que todas aquellas aspiraciones e ilusiones que caben en el margen de las posibilidades de esta vida, se encuentran al norte del Trópico de Cáncer.

(Sea esto entendido en sentido tanto literal como figurado).

Por lo demás, las noches del mundo, desde aquí, sólo pueden proveer a un ser humano que gusta de observar las estrellas de viejos y conocidos rituales vivenciales:

Tríadas y sexo hasta el hastío,
Falos erguidos y besos profundos,
Gemidos y susurros de la líbido,
Miradas y orgasmos compartidos,
Ajenjo y alimento espiritual,
Arduo trabajo editorial hasta el amanecer,
La compañía de amigos entre vino y velas,
Raves y noches electrónicas,
Momentos acústicos y conciertos inesperados,
Lecturas apasionantes y doctrinas apócrifas,
Sueños recurrentes y gatos ronroneantes.

Y aunque esta retahíla de sucesos aún pudiese emocionar a unos cuantos, lo cierto es que después de vivirla por varios años, termina por convertirse en un tedio. Al final, todas esas noches son iguales e importan muy poco los detalles.

Sólo existe algo que puede otorgarles validez, y es el hecho de seguir observando las estrellas, esperando esa última oportunidad para emocionarse por los enigmas del Universo. Y tal oportunidad no llega estando solo.

De modo que mi sueño recurrente se ha vuelto una maldición.

Sin duda alguna, la mejor parte de esta vida proviene de nuestra capacidad para conocer y sentir, y en esa medida, de la capacidad para expresarnos (en mi caso, escribiendo). Aunque esta forma de expresión, en nuestros días, ha llegado a convertirse en un oficio devaluado: el mundo de hoy necesita más de sicarios y muhaidines —personas dispuestas a estallar sus vísceras en pro de determinadas causas ideológicas—, y de políticos despóticos, demagógicos y elucubradamente populistas, que de escritores.

Nuestro Tiempo es un ocaso tenebroso, al que pronto engullirá la noche.

Por lo que a mí respecta, después de haber vivido las noches anteriormente mencionadas y tomando en cuenta las consideraciones preliminares, pienso que aún me queda una noche por desear, expandiendo la magia que todavía vaga en el mundo con el resto del universo, donde se conjuguen, también, los deseos y los recuerdos.

No será una noche de viento y lluvia, ni de niebla o nieve. Ni tampoco de estrellas fugaces y eclipses lunares o penumbrales como los que he mencionado a través de este blog en su momento.

Será la última noche del mundo,
Cuando el manto de la aurora se despliegue sobre las tierras ignotas.

Habiendo establecido este preámbulo es como da inicio el relato. No como un sueño, ni un recuerdo o un presagio. Mucho menos como un tributo. Sino como una narración casi olvidada que habrá de marcar una pauta distinta en los días que habrán de venir.

Sea pues, publicado en el transcurso de noviembre.

2 comentarios:

Raul Alejandro dijo...

Qué hay señor?
Felicidades por los 3 años de existencia de su blog.. esperemos que siga siendo igual de interesante.
Ahora bien, quiero hacer un comment acerca de tu post.. inmediatamente después de ver la fotografía, recordé la película "The fauntain" de Aronofsky y todos los sentimientos que fueron propios de esa etapa regresaron y los sentí a flor de piel. Por alguna razón me siento identificado con uno de los personajes del film... y tal vez no se asemeje en poco o nada a la descripción de tu sueño, pero al leerlo.. lo asocié tanto a esta película que lo tuve que volver a leer. En verdad lo disfruté

Otra cosa, por algún tiempo dejaré de escribir en paranoicreaction, la razón.. tal vez estoy siendo víctima de mi subconsciente y haya alguna otra razón mas poderosa para ello.. pero mi consciente me dice que quiero expresarme de manera diferente, que todos pasamos por distintas etapas.. que ahora vivo una totalmente diferente a meses atrás y que ha llegado el tiempo en que debo empezar a hacer ejercicios de introspección para llegar a un mejor entendimiento con mi yo interno.. así que me he propuesto hacerlo, y lo hago ahora en "Alternatique"... y si no continúo con Paranoicreaction es porque preciso volverme mas anónimo para no ser vulnerable a la omición de hechos por personas que no tienen necesidad de enterarse de ciertas experiencias mucho mas íntimas.
Como siempre desde hace algunas semanas.. nos leemos por ahí (www.alternatique.blogspot.com)
Muchos saludos.

Eduardo Jácome Moreno dijo...

hola iVan, mcuhas felicidades por estos 3 años de tu blog, aquí seguimos leyendolo! :)